«Dos trenes han impactado». «No hay problema». «La selección española se mantiene fiel a su estilo». «Inglaterra ha estado durante unas semanas en una espantosa situación». «Se quedaron de pie en la puerta». En apariencia, todas estas construcciones son, lingüísticamente, intachables. Pero a los ojos de un experto como Luis Magrinyà, las cinco sentencias contienen, si no errores graves, sí incorrecciones que hacen que chirríen.
El mallorquín Luis Magrinyà, traductor, escritor y lingüista, pretende en su nuevo libro, Estilo rico, estilo pobre, poner un poco de luz en las zonas oscuras del lenguaje. Los anglicismos, las ultracorrecciones o la vagancia del hablante son los nuevos enemigos del castellano a los que Magrinyà, con un sorprendente estilo sobrio, irónico y cómico a la vez, hace frente. Un libro que, reconoce con humildad el escritor, «es el trabajo de un observador y por supuesto de un observador que se ha visto caer en un sinfín de trampas, trucos y florituras y con el tiempo se ha ido dando cuenta de que lo eran».
[…]
Leer más en elcorreo.com