Su libro Una lengua muy larga, una recopilación de historias sobre el español, va por la cuarta edición y recientemente ha publicado otro junto con Álvaro Octavio de Toledo que analiza cartas escritas por españoles durante la Guerra de la Independencia.
¿Qué o quién le desató la pasión por las palabras?
Mi madre. Me enseñó a leer con tres años y desde entonces no he dejado de hacerlo. Luego, reconocer el campo andaluz en El jinete polaco de Muñoz Molina, estudiar a Francisco Rico y a Alan Deyermond en la carrera y tener como profesor en la Universidad de Sevilla a Manuel Ariza.
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