Salvador Gutiérrez, en conferencia de prensa, ha respondido así al ser preguntado por la conveniencia de «obligar» a los niños a leer obras de los clásicos como el Quijote de Miguel de Cervantes y ha considerado que los niños demuestran su gusto por la lectura cuando los libros «entran en su mundo».
Así, frente a quienes afirman que a los niños hay que «presentarles todo muy fácil», con lecturas con ilustraciones o cómics, Salvador Gutiérrez recuerda el éxito que tienen entre este público obras como las protagonizadas por Harry Potter (J.K. Rowling) que «tienen más de 500 páginas».
El académico, que esta semana ha dirigido en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP) de Santander, la XVI Escuela de Gramática «Emilio Alarcos», opina que la labor pedagógica de introducir a los escolares en la lectura de los autores clásicos se debe hacer, «de forma escalonada», a medida que aumenta su entendimiento.
A su juicio, de esta manera, los jóvenes acaban apreciando la «carga de profundidad» de unos libros que «tienen muchas lecturas», cualidad que hace que se hayan acabado convirtiendo en «obras eternas».
Por otra parte, Salvador Gutiérrez, ha hablado sobre la política de «total colaboración» que hay entre la Real Academia Española y la Academia Norteamericana de Lengua Española (ANLE) y con el resto de academias del español, al estar todas «inmersas en una política panhispánica».
En este sentido, el académico ha destacado el aumento del número de hispanohablantes que se ha producido en Estados Unidos (52 millones de personas), apuntando la posibilidad de que «para 2030 ó 2050» EE. UU. sea el país con mayor número de habitantes que hablan español, posición de actualmente ocupa México con 115 millones.
Pero, para Salvador Gutiérrez, «no solo es importante el crecimiento demográfico», sino el hecho de que el español está incrementando su presencia en el mundo de las comunicaciones, tanto en programas radiofónicos como en internet.
Y ha enfatizado que a esto se suma que el español también se extiende a otros ámbitos como la ciencia, la comunicación, la economía e internet.
Finalmente, con respecto a las nuevas tecnologías, Salvador Gutiérrez ha valorado la revolución que supone la aparición de los diccionarios electrónicos, que ha comparado con lo que supuso la «creación» de la imprenta.
Y es que, según señala Gutiérrez, hasta ahora los diccionarios, al estar pensados para ser una obra en papel, tenían una configuración alfabética y limitaciones de espacio; mientras que los «nuevos diccionarios» ya «no tienen condicionamientos de espacio» y permiten la inclusión de «vehículos» que remiten a otras informaciones, además de habilitar múltiples vías de acceso por ideas afines, o sinónimos.
«La evolución es inevitable», destaca Salvador Gutiérrez, quien reconoce que ya no acude «al libro» para sus consultas, sino que abre la web de la RAE, porque considera que la «dimensión digital» de los diccionarios es importantísima y «no sirve para nada la nostalgia del papel».