«Ahora que estamos en la academia bastante tranquilos de que el lema histórico “Limpia, fija y da esplendor” había sido satisfecho y cumplido por los humanos, ahora viene la avalancha del lenguaje de la inteligencia artificial y tenemos de nuevo que empezar a limpiar, a fijar y a dar esplendor al lenguaje de las máquinas. Menudo reto», dijo Muñoz Machado en una entrevista con EFE en la ciudad peruana de Arequipa.
Esta localidad, la misma en la que nació el nobel Mario Vargas Llosa en 1936, será sede en marzo de 2023 del IX Congreso Internacional de la Lengua Española (CILE): «Lengua española, mestizaje e interculturalidad. Historia y futuro».
Bajo ese paraguas, académicos, escritores, lingüistas, historiadores, pensadores, editores, creadores, profesores, periodistas y científicos, debatirán acerca del pasado y el futuro del español utilizando como punto de partida su mestizaje antes y después de su llegada a América.
Entre ellos se cuentan escritores como Héctor Abad Faciolince, Sergio Ramírez, Gioconda Belli, Santiago Roncagliolo, Jorge Volpi o Martín Caparrós. También el reciente ganador del Premio Princesa de Asturias de Ciencias Sociales Eduardo Matos Moctezuma, el neurobiólogo Rafael Yuste o el economista José Luis García Delgado en un encuentro que contará con la presencia del rey Felipe VI.
EL CASTELLANO, «UNA LENGUA DE PUEBLO»
Para Muñoz Machado, parte de la riqueza del castellano radica en que «es una gran lengua del pueblo» y «nada elitista», porque la han construido los hablantes, «no la clase intelectual».
«No es un lenguaje depurado desde el lenguaje de la corte», sostiene antes de explicar que, cuando fue compendiado el léxico del francés, observaron «cómo se hablaba en el París de la corte».
«En Florencia, cuando hicieron lo propio con su academia, recogió el lenguaje de la gran literatura renacentista (…). En España, a partir de 1713, la academia lo que hizo fue tener en cuenta el lenguaje depurado, culto, pero también el del pueblo», apostilla.
Al pronosticar el futuro del idioma materno de casi 600 millones de personas, Muñoz Machado considera que las redes y nuevas plataformas «son compañeros de viaje necesarios» que no se pueden evitar «porque forman parte de la cultura de nuestro tiempo y es una herramienta que usa mucha gente».
«Tienes el peligro de que generen formas de lenguaje marginales en relación con los estándares que tiene la RAE fijados o las academias de todo el mundo. A veces, vemos redes que producen agresiones a la gramática conscientes. Ahora, los jóvenes evitan poner las palabras completas o no usan la ortografía idónea. De momento no pasa nada y tenemos que procurar que no vayan surgiendo en las redes dialectos particulares», añade.
Y subraya: «Sobre todo me preocupan las máquinas que hablan, las que usan el español».
Muñoz Machado ha observado que «se están generando dialectos propios porque usan un español que determinan los constructores de las máquinas, las grandes tecnológicas Silicon Valley».
En su opinión, «si cada una usa un español particular, que es lo que están haciendo hasta ahora mismo, acabaremos teniendo dialectos electrónicos, digitales, singulares en cada parte y es un trabajo que está haciendo la academia muy fuerte para evitarlo».
Eso sí, hacia el futuro tiene claro que el español vivirá como lo ha hecho hasta ahora, siendo una lengua integradora.
«Ha sido siempre una lengua mestiza, lo fue de herencias judías y árabes en los primeros siglos de su desarrollo y lo fue del francés durante el siglo XIX, estaba lleno el idioma de galicismos, ahora está de anglicismos», apostilla.
En todo caso, no es algo que le cause «preocupaciones masivas» porque, como recuerda, «la academia incorpora al diccionario, más o menos, diez o doce anglicismos al año cuando se han consolidado».
Una historia mestiza del español que, para Muñoz Machado, es «una lengua viva y en crecimiento, muy viva porque cada vez hay más gente que la utiliza, las cifras son portentosas y en crecimiento exponencial».