Toda empresa que se precie de cuidar que sus productos estén bien escritos y tengan un estilo estándar cuenta con un manual. Por eso encontraremos estos documentos en universidades, editoriales, medios de comunicación, empresas publicitarias, estudios de abogados, etc. Pero ¿qué tienen de especial los manuales de estilo y por qué todos quieren contar con uno? En primer lugar, lo que hace especiales a los manuales de estilo es que otorgan prestigio a la empresa que cuenta con uno, pues indican que los colaboradores no escriben ‘como les da la gana’.
En realidad, los manuales de estilo se parecen, pues casi todos cuentan con una estructura similar. En el caso de los medios de comunicación, los manuales presentan, en primer lugar, normas deontológicas a las que deben regirse los periodistas, como en el caso de tratamiento de fuentes, de fotografías, qué hacer en casos de plagio o de rectificaciones, etc. Además, varios manuales incluyen en la sección deontológica pautas para escritura sobre grupos minoritarios o vulnerables. La intención de los manuales no es solo dar pautas a los periodistas sino también transmitir al lector los principios del medio, e, incluso, convertirse en referentes para otros medios.
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