Noticias del español

| Amando de Miguel (Libertad Digital.com, España)

Las siete plagas de Egipto

Ha quedado el número siete para las famosas plagas que asolaron a Egipto, quizá porque en hebreo el siete significa mucho. La Biblia enumera diez plagas. Es igual. A título práctico, resumo aquí siete desvíos sistemáticos en los escritos contemporáneos, para empezar, en los míos. Se trata de corregirlos todo lo que se pueda, al menos tenerlos en cuenta.

libros-viejos-2308131. El idioma español presenta la desventaja de la monotonía. Hay que cuidar mucho las repeticiones, reiteraciones de ciertas palabras, que se convierten en comodines. Por ejemplo, la preposición en, necesaria pero sobreabundante. Hay que tratar de sustituirla a veces por otras: dea través de, etc. Nuestra desgracia es que con esa preposición empieza el Quijote. «En un lugar de La Mancha…». La rima más odiosa es la de las voces terminadas en –ón. No hay soneto que la resista.

2. La conjunción copulativa y resulta imprescindible, pero a veces choca un poco, sobre todo al principio de la frase. Resulta un horror la serie de noticias de los telediarios cuando comienzan sistemáticamente con la dichosa y, sin venir a cuento. La y al comienzo de una oración da buen resultado en la lírica, pero la prosa la rechaza. Ahora nos invade la moda de la pregunta: «¿Y?». Hay que ser argentino para dominarla.

3. Los artículos determinados o indeterminados son necesarios, pero, una vez más, molesta su uso reiterativo. Ajústese el oído a cada caso. Por ejemplo, suena fatal «subir a dirección», «bajar a planta» o «chutar a portería». A mí me gusta decir «los Estados Unidos», «la India», «el Japón», «el Perú», «la Argentina», etc., pero reconozco que puede resultar pesadito. Naturalmente, cabe decir «la España contemporánea» o «la Inglaterra victoriana», al llevar un adjetivo.

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