Era un tipo normal. Vestía como la gente normal, se peinaba como la gente normal y comía lo que la gente normal. No destacaba por nada y eso, si bien en un principio no le molestaba, cuando conoció a aquella chica en un bar de moda al que le llevaron sus compañeros tras una cena de empresa, empezó a agobiarle. No era para menos. Aquella mujer era el ser más hermoso y elegante que había visto en toda su vida normal. Divertida, atrevida, distinguida y moderna, todo en ella le gustaba hasta perturbarle.
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