Treinta euros anuales es lo que cuesta una licencia de esta plataforma profesional de servicios lingüísticos de la Academia de la Lengua, que fue puesta en marcha el pasado mes de abril, y que reúne los contenidos y recursos acumulados por la RAE en sus 300 años de funcionamiento a través de sus diccionarios, ortografías y gramáticas.
El director de la RAE, Darío Villanueva, ha reconocido en una entrevista con Efe que en los pocos meses que han transcurrido desde su puesta en marcha no han alcanzado las cifras de suscriptores que esperaban ya que se sitúan en unos dos mil.
Según la Real Academia, Enclave RAE está especialmente concebida para quien a diario utiliza el idioma como herramienta de trabajo, bien en forma directa (escritores, periodistas, traductores, editores, maestros) o indirecta (juristas, administrativos, cargos públicos).
Por eso, Villanueva cree que la adquisición por parte del Estado de estas licencias supondría «una aportación en especie muy útil» para la Administración: «sería así no tanto una asignación incondicionada como una retribución económica» lo que el Estado aportaría a la RAE.
Licencias que también ofrecen a China a través de la Universidad de Lenguas Extranjeras de Shangai, ya que el español ha pasado a ser lengua de la educación secundaria en este país, según explica el director que viajará a esa ciudad el próximo septiembre para firmar un convenio.
Y es que los recursos de la RAE han caído en los últimos años debido a cuatro crisis que enumera su director: en primer lugar, la crisis editorial, que ha hecho a la institución resentirse por el descenso de ventas de sus diccionarios y gramáticas.
Así ha ocurrido con los malos resultados de las ventas previstas del Diccionario de la RAE cuya 23 edición, editada en 2014 sobre los criterios de la anterior, de 2001, han causado un «agujero considerable».
En segundo lugar, Villanueva cita el descenso en un 60 por ciento de la aportación del Estado a la RAE desde 2008, y que en la actualidad se sitúa en 1,6 millones de euros, casi un 20 por ciento del presupuesto total de la institución, de 7 millones de euros.
A esto se unen el descenso del rendimiento de capital de la Fundación Pro RAE y el efecto de la crisis en los patrocinadores, que han retraído las aportaciones a la cultura, según el director de la Real Academia.
«Cuatro huracanes que ponen en situación delicada a una institución que, por suerte, no está endeudada y que tiene por el momento la suficiente liquidez para poder hacer frente a las nóminas de sus 85 trabajadores», indica Villanueva, que recuerda que los académicos no tienen sueldo sino una retribución por dietas de 140 euros por cada sesión a la que asisten, dos al mes, nueve meses al año.