Elena Hernández participó hace unos días en la Semana de las Letras ‘EspañoLeemos’ de la Facultad de Letras de la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM) con la ponencia El llamado lenguaje inclusivo ¿es de verdad inclusivo? y advirtió que es «mucha» la confusión que existe entre lenguaje y sexismo.
Dijo que «sin dejar de luchar contra el sexismo lingüístico, que existe, se puede ser feminista sin intervenir de forma artificial en el lenguaje», algo que, en su opinión, «es a veces lo que se pretende con el uso de este llamado lenguaje inclusivo», en alusión al constante desdoble de términos.
Precisamente es el uso de ciertas propuestas lingüísticas, entre las que Hernández citó el caso de «portavoces» y «portavozas», las que ya están generando ambigüedades donde antes no las había.
La prueba es que de las casi 400 consultas mensuales que recibe su departamento, «un alto porcentaje» están relacionadas con el lenguaje inclusivo.
En este sentido, Hernández se mostró convencida de que esas estrategias de desdoble «no tendrán implantación real» y «se quedarán en un moda» porque «se quedan solo en documentos administrativos o discursos políticos o públicos, pero no se oyen en conversaciones entre amigos o en casa».
Por último, la responsable del servicio de consultas lingüísticas de la RAE reconoció que el feminismo y la lucha por la igualdad va a dejar huella en la lengua, pero «no las que ya estamos viendo del llamado lenguaje inclusivo».
Y agregó que es labor de la RAE el explicar a los usuarios cómo funciona la lengua y en qué medida no se puede intervenir de forma artificial en ella para acabar con el sexismo lingüista que «sí que existe», ha insistido.