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| Ana Mendoza, Agencia EFE

La RAE celebra su tricentenario y el Instituto Cervantes llega a Harvard

Mantener la unidad de la lengua española, hablada en el mundo por 500 millones de personas, ha sido la razón de ser de la Real Academia Española, que en 2013 ha cumplido tres siglos de historia, en un año en el que el Instituto Cervantes abrió el Observatorio del español en la Universidad de Harvard.

Este Observatorio constituye un paso de especial relevancia en la trayectoria de la institución encargada de difundir la lengua española en el mundo, porque permitirá analizar la evolución del español en Estados Unidos, el país que, según las proyecciones, podría convertirse hacia 2050 en la primera nación hispanohablante, por delante incluso de México.

2013 ha sido también el año en el que otra importante institución cultural, la Biblioteca Nacional de España, que concluyó a finales de 2012 la celebración de su tercer centenario, ha avanzado en la preparación de una nueva ley que le dará mayor autonomía y facilitará la gestión.

En sus tres siglos de vida, la RAE ha sobrevivido a revoluciones, guerras y dictaduras, y los académicos se han visto envueltos en avatares políticos y sociales de todo tipo, tal como refleja la gran exposición «La lengua y la palabra», que se puede ver en la Biblioteca Nacional, en Madrid, hasta finales del próximo mes de enero.

Cerca de 30.000 personas han visitado ya esta exposición, en la que sus comisarios, los académicos Carmen Iglesias y José Manuel Sánchez Ron, proponen un viaje en el tiempo al recrear la influencia de la historia de España en la labor de la Academia a través de verdaderas joyas pictóricas y bibliográficas.

La RAE ha querido en esta ocasión sacarse la espina de su segundo centenario, que pasó «sin pena ni gloria», y espera que el tercero, que se prolongará hasta finales de 2014, tenga la debida repercusión social, aunque los sucesivos recortes que ha experimentado el presupuesto de la Academia en los últimos años ha obligado a realizar una programación marcada por la austeridad.

«Estamos convencidos de que la Academia puede presentarse dignamente ante la sociedad con un trabajo y con una ilusión que siempre han sido constantes desde 1713», decía hace unos meses el director de la RAE, José Manuel Blecua, que también desea que el tricentenario sirva para hacer hincapié en la función social de la RAE, la cual «no puede vivir aislada de la sociedad».

La irrupción de las nuevas tecnologías, en el último tercio del XX, ha dado un vuelco total a la labor de esta institución, que prepara sus grandes obras de forma coordinada con las 21 Academias de la Lengua Española restantes.

Trata de ser útil «a todos los hispanohablantes, especialmente a la gente más joven», a los llamados «nativos digitales», subrayaba el secretario, Darío Villanueva, en una entrevista con Efe.

En 2013 se le ha dado un impulso definitivo a la nueva edición del «Diccionario de la Real Academia Española», que se publicará en octubre de 2014, en la recta final del tercer centenario.

La XXIII edición tendrá unas 2.900 páginas y unos 90.000 vocablos, y convivirá con el éxito alcanzado por la edición digital del DRAE, que recibe más de 40 millones de consultas al mes.

El interés que los hispanohablantes tienen por mejorar su conocimiento de la lengua y resolver sus dudas ha quedado patente con el éxito que están alcanzando los libros Las 500 dudas más frecuentes del español, publicado por el Instituto Cervantes, y El buen uso del español, lanzado el pasado día 12 por la Real Academia Española. Ambos han sido editados por Espasa.

El primero salió hace poco más de un mes y va ya por la séptima edición. El de la RAE promete seguir el mismo camino y va por la segunda, según datos facilitados a Efe por la editorial.

Cuando se hizo cargo de la dirección del Instituto Cervantes en enero de 2012, Víctor García de la Concha dijo que «el gran reto» que tenía por delante era «iberoamericanizar» esta institución y contribuir entre todos a la difusión por el mundo del español y de la cultura en esta lengua.

En esa línea, negoció con México la cesión de los centros que este país tiene en Estados Unidos para determinadas actividades y hace apenas un mes firmó un acuerdo con la Universidad Nacional Autónoma de México (Unam) que ha permitido instalar en la sede central del Cervantes, en Madrid, el Centro de Estudios Mexicanos, dependiente de la UNAM.

Ese centró favorecerá la difusión de la cultura mexicana y fortalecerá la presencia en España de esta universidad, la mayor de su país con más de 300.000 alumnos.

Este acuerdo permitirá también la colaboración mutua en temas como la enseñanza del español para extranjeros y la formación de profesores de la Red Iberoamericana de docencia del español como segunda lengua.

El Cervantes tiene también en marcha acuerdos con los gobiernos de Colombia, Chile y Perú.

En 2013, la Biblioteca Nacional ha terminado de redactar el borrador de la futura ley que le otorgará un nuevo régimen jurídico y un estatuto propio, similar a los que tienen el Museo del Prado y el Reina Sofía. 

 

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