La más reciente edición en papel del Diccionario de la Real Academia Española—la número 23— salió a la calle en 2014. Como tal, podría ser la última… «Queremos cambiar la planta actual del diccionario, es decir, su estructura, de impresa a digital», asegura Darío Villanueva, director de la RAE.
Pero hay más. Un sutil pero contundente cambio de marca. Para empezar, la actual edición ya ha afianzado su nombre y se ha consolidado, sencillamente, como el Diccionario de la Lengua Española, evitando el término DRAE: «Vamos a ir poco a poco desterrándolo y ampliando nuestro espacio para abarcar a las demás academias. De ahora en adelante, será el DLE», afirma su director, Darío Villanueva.
La transformación parece radical y definitiva. Internet ha impuesto su implacable metamorfosis léxica. Refresca la dinámica aventura de los significados y del lenguaje cada día. Recibe y abraza términos polisémicos según las procedencias globales del español. Lo escucha, lo amplifica y lo enriquece.
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