La decisión está contenida en una resolución adoptada por consenso por este órgano, en el que están representados los 193 Estados miembros de Naciones Unidas.
Los países encargaron a la Organización de la ONU para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) que se encargue de la coordinación de las actividades del año en colaboración con otros órganos.
El objetivo, según el texto, es «llamar la atención sobre la grave pérdida de lenguas indígenas y la necesidad apremiante de conservarlas, revitalizarlas y promoverlas y de adoptar nuevas medidas urgentes a nivel nacional e internacional».
Bolivia, que reconoce 36 lenguas indígenas y el español como idiomas oficiales, fue el gran impulsor de esta medida.
Su presidente, Evo Morales, ya había adelantado la semana pasada la iniciativa desde La Paz.