Noticias del español

|

Álvaro Vega (Agencia EFE)

La inmensa imaginación del idioma español para crear palabras

El español es un idioma que tiene una «inmensa imaginación para crear palabras» y que Daniel Cotta Lobato (Málaga, 1976) ha convertido en un libro divulgativo en el que recoge ciento y pico de ellas y explica su origen. «Una inimaginable trama de historia, curiosidades y un pasado a veces sorprendente».

Cotta es el autor de Te cuento y no te acabo (Pie de Página Editorial, 2022), un libro que trata de «difundir, por un lado, mucho amor al español, porque soy un enamorado de la lengua española, y también un poco de conocimiento sobre las palabras, sobre su historia».

Un libro tan subjetivo, reconoce en una conversación con EFE en el IES Nuevas Poblaciones de La Carlota (Córdoba), en el que imparte clases desde hace quince años, donde el filtro para determinar qué palabras citar y cuáles no «es el de mis gustos personales, evidentemente, palabras que por algún lado me llaman la atención, que por su sonido incluso a veces me han causado siempre admiración».

ENTRE LA ANÉCDOTA Y LA HISTORIA

También aquellos que «tuvieran una anécdota más interesante o una historia más desconcertante» porque «si uno tiene en cuenta las dos últimas ediciones del diccionario de la Real Academia Española, 80 000 o 90 000 palabras, evidentemente hay que limitarse a un número muy restringido».

Cotta, que se licenció en Filosofía y Letras en la Universidad de Málaga, ha elegido «ciento y pico palabras que por su curiosidad, por su historia anecdótica, y a veces excéntrica, pueden figurar como buenos ejemplos».

Aunque su curiosidad por el origen de las palabras es casi innata, «el libro nació a partir de ciertas ideas que me surgieron a la hora de encajar la gente las palabras, realmente no está hecho a la manera de un diccionario, ni está en orden alfabético, ni para eruditos, sino para un público general».

En la edición, subraya, «me llama la atención el hecho de relacionar palabras por alguna circunstancia. Por ejemplo, hay un apartado que son palabras para designar animales y veo pues los nombres de animales más curiosos del español y los redescubro, o palabras que todas se han originado a raíz de una denominación geográfica, por ejemplo, la longaniza, que está basada en un lugar de Italia llamado Lucano, pues allí se fabricaba longaniza, supuestamente, o las campanas, a través de un lugar llamado Campania, de donde saldrían esos artilugios de bronce».

EL PORQUÉ DEL ESPAÑOL Y NO LATÍN

Así, «la etimología es la ciencia que nos ayuda a descubrir por qué es español y no latín y eso, además, es lo que lo distingue de otros idiomas romances, como el francés, el italiano, el portugués. La etnología realmente es lo que convirtió nuestro idioma en lo que es y es centrarse en el porqué de su evolución, en el porqué de sus cambios y, por eso, realmente desentrañar la etimología de las palabras es desentrañar la naturaleza de un idioma».

Para Daniel Cotta no cabe duda de que «la lengua es un organismo vivo y sigue cambiando, no quizá con la violencia y la rapidez con que cambió de latín al español, porque ese cambio se produjo en siglos medievales donde la incultura y el analfabetismo hacían que el idioma se desbocara en su evolución, y hoy en día quizá la influencia de la cultura y de la escuela hacen que la evolución sea muchísimo más lenta y más cuidada».

De todas formas, añade, «la lengua sigue cambiando y lo podemos ver, simplemente, en las palabras nuevas que van llegando, muchas del inglés que a veces ocupan un lugar que le corresponde legítimamente, porque son palabras que designan términos nuevos, y a veces son palabras que realmente ya tenemos en español».

A su juicio, «poner cortapisas a la evolución y a la vida de un idioma es como poner puertas al campo, porque cuando un término llega y triunfa, más que porque la Real Academia Española quiera, más que porque los profesores de lengua insistamos, realmente toma posesión del idioma y ahí se queda».

LA LEGÍTIMA INFLUENCIA DEL ÁRABE

Es así, explica el profesor y ensayista, porque «el idioma ha experimentado influencia de otros idiomas a lo largo de su historia. Y pongo el ejemplo del árabe, que dejó una impronta muy fuerte en el castellano de unas cuatro mil palabras que hoy día toman carta de naturaleza en el español».

Aunque, apunta, también «es verdad la influencia superflua del inglés, que no aporta palabras nuevas a realidades nuevas, sino, sobre todo, palabras nuevas a realidades para las que ya existían palabras españolas».

De ahí que transmita a sus alumnos de La Carlota, una población creada por colonos centroeuropeos llamados por Carlos III y algunos de cuyos apellidos aún se conservan, que «por qué decir que tienen un follower en las redes sociales, cuando lo que tienen es un seguidor en español».

«Esos son los términos que me parecen superfluos y dañinos para un idioma porque realmente son términos que no casan bien con esa fonética ni con nuestra percepción de lo que es en español», razona.

¡Hola!

¿Has buscado tu duda en nuestra web?

Si no la encuentras, rellena este formulario:

Los campos con * son obligatorios