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| Agencia Efe

«La historia del español» revela a los norteamericanos la «sorpresa» del español

Los autores canadienses Jean-Benoit Nadeau y Julie Barlow, que acaban de publicar el libro The Story of Spanish, consideran que el español es una lengua llena de sorpresas y que gran parte del futuro del idioma se dirime ahora en Estados Unidos.

Los dos autores, que forman un matrimonio que ha publicado ya tres libros de forma conjunta, incluido La historia del francés, dijeron en una entrevista con Efe que uno de sus objetivos al escribir la obra era revelar a los norteamericanos la importancia del español para la cultura estadounidense contemporánea.

Jean-Benoit Nadeu puso como ejemplo el origen del símbolo del dólar.
«Cuando en mi juventud viajé por México siempre pensé que eran los mexicanos los que habían adoptado el símbolo del dólar estadounidense. Pero para mi sorpresa, al investigar para este libro descubrí que es el dólar estadounidense el que utiliza el signo histórico del peso y la pieza de a ocho reales» dijo Nadeau.

«Y la razón es que el primer “petrodólar” del mundo fueron las piezas de ocho de España», añadió el autor canadiense.

De origen quebequés, Nadeau también descubrió para su sorpresa otro error común entre francófonos y anglófonos: que el francés es el origen del academicismo.

«Tras escribir La historia del francés creíamos que los franceses inventaron la idea del academicismo. Pero nos dimos cuenta que el español fue la primera lengua en Europa que se definió en términos académicos. Desde casi sus orígenes», dijo el autor.

«La propia idea de “buen uso” en francés fue prestada de España. Los franceses incluso tomaron una letra del español, la c cedilla (ç). Y cuando me di cuenta que el español no tiene una academia sino 22, eso me dejó anonadado», explicó.

«¿Cómo puede funcionar así una lengua?» añadió Barlow.
Para escribir La historia del español Nadeau y Barlow se instalaron en Phoenix, en el estado de Arizona.

«Queríamos vivir en Estados Unidos. Y elegimos Arizona porque no era ni Texas ni Los Ángeles, una zona de inmigración. En 12 años, el número de los habitantes de Arizona que son de origen hispano ha pasado del 5 al 30 %» explicó Nadeau.

Para Barlow, una anécdota encierra el sentido real del problema migratorio en Estados Unidos y sus consecuencias para el futuro.

«En Phoenix, las mujeres mexicanas recogen y cocinan las hojas de cactus. Ningún blanco lo hace. Para mí, es la prueba de que ellos pertenecen a este territorio. No son inmigrantes. Son más nativos que los blancos que viven allí» dijo.

Nadeau y Barlow consideran que la historia del español está llena de paradojas y que, de hecho, casi más interesante que los éxitos del español como lengua han sido los numerosos momentos en que la historia podía haber cambiado para dejarla en un rincón.

Barlow pone como ejemplo la conquista árabe de la península española. Y Nadeau el momento de la independencia de las colonias españolas en el continente americano a principios del siglo XIX.

En cierta manera, la situación actual del español en Estados Unidos es también fruto de una paradoja para los autores canadienses.

«Una de las razones del progreso del español en EE. UU. en estos momentos es la derrota de México y España cuando el primero perdió la mitad norte, dejando 100.000 mexicanos en Estados Unidos» señaló Nadeau.

«EE. UU. adquirió un área con una civilización diferente que nunca desapareció» agregó.

Lo mismo ha pasado con Puerto Rico, la antigua colonia que España perdió durante la guerra de 1898 contra Estados Unidos.

Nadeau considera que gran parte del futuro del español en Estados Unidos pasa por Puerto Rico.

«Poca gente se da cuenta que durante la última elección presidencial, Puerto Rico decidió en referendo por primera vez que quería ser parte de la Unión. Y a pesar de la legitimidad del referendo, por la forma en que se realizó la pregunta, muy pronto el Congreso estadounidense tendrá que debatir este tema», indicó.

«Y eso planteará de forma inmediata la cuestión del estatuto del idioma en un país que no tiene una lengua oficial», añadió.

Pero para Barlow, en cierta manera la propia sociedad estadounidense ya ha determinado cuál va a ser el futuro del español.

«Los inmigrantes no quieren que sus hijos hablen español, para facilitar su integración. Pero la clase media estadounidense quiere que sus hijos aprendan español, porque creen que el futuro es bilingüe», explicó.

«Es una loca dualidad del español. Pero el resultado es que el español sigue atrayendo gente y la comunidad hispana sigue creciendo», terminó señalando.

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