«Colocar» es acomodar, es poner a una persona o cosa en el lugar apropiado o donde corresponda. De ahí que se colocan los libros en el armario y, en sentido figurado, se puede colocar a una persona en una empresa. Y se dice en sentido figurado, porque a la persona en cuestión no se la lleva cargada como si fuera un monigote para luego acomodarla en el mejor sitio del lugar.
«Poner», en su primera acepción, también es colocar o hacer que una persona o cosa estén en un lugar. La segunda acepción es parecida a la primera. Estos son los matices que se cruzan entre estos dos infinitivos y que suelen imprimir ambigüedad y jocosidad en las frases, cuando no se presta atención al contexto.
Algunos ejemplos
Al momento de servir los alimentos no se coloca la mesa sino que se pone. Se coloca un dinero en el banco para hacer una inversión, pero se pone dinero cuando se trata de hacer una apuesta.
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