Por su característica de nombre propio, las denominaciones de instituciones deben escribirse con mayúscula inicial, ya sea que se incluyan en una carta, un oficio, un memorándum, etcétera, o constituyan un letrero o un logotipo.
Pero como en el ámbito publicitario no solo es importante la información sino también la tipografía y la estructura, para presentar y difundir el mensaje es común el empleo de recursos especiales (tipográficos y lingüísticos), con el fin de cautivar a los posibles lectores o compradores.
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