Se usa en el idioma español como locución adverbial con los sentidos de ‘temporal o transitoriamente’. Suele constar en frases que aluden a un cargo que se va a ejercer de manera transitoria o provisional. Ejemplo: El mandatario ecuatoriano recibió la presidencia pro tempore de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac).
No se recomienda el uso de la tilde, pues las nuevas normas ortográficas indican que las locuciones latinas deben recibir el mismo tratamiento que se da a las voces de otras lenguas o extranjerismos. Precisamente ese tratamiento exige que los latinismos crudos (que no se han adaptado al español) se escriban con resalte ortográfico (en cursiva o entre comillas) y sin tilde, ya que esta virgulilla no se emplea en la grafía latina.
Por su calidad de latinismo crudo, no se une el primer elemento a la base como en el vocablo proforma, sino que se escribe separado (pro tempore).
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