Hay que considerar que todo aquello que luce debe verse bien, debe estar bonito. Esto no lo asevera este rincón del idioma, sino que se pregona desde la raíz de «lucir», la voz latina lucere, que significa brillar.
Bien. A partir de esta exhortación hay que evitar decir o escribir frases como las que siguen: «los sectores rurales lucen con sus calles y sembríos inundados», «las vías lucen bloqueadas con tierra y rocas, debido a las tormentas y deslaves», «los parques lucen con maleza y basura».
El verbo «lucir» no debe emplearse simplemente como equivalente de ‘estar’ o ‘verse’, sino que, como ya se indicó, siempre se debe referir a asuntos positivos, a personas y cosas que se ven bien, que resaltan, que se distinguen.
Por lo tanto, retomando las frases anteriores, hay que puntualizar que «los sectores rurales tienen las calles y los sembríos inundados», que «las vías están bloqueadas con tierra y rocas…» y que «los parques están con maleza y basura».
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