Aparte de los aspectos del idioma, los gentilicios suelen formarse apuntando a las características históricas de la región. Por ejemplo, fluminenses son los naturales deBabahoyo, capital de la provincia de Los Ríos; también son los habitantes de Río de Janeiro, ciudad de Brasil. Fluminense se deriva de la voz latina flumen que significa ‘río’, término que generó el nombre de la provincia, de la ciudad y del gentilicio.
Los sufijos que más se emplean para la formación de los gentilicios son: -ano: zamorano (de Zamora); -ense: carchense (de Carchi); -iense: parisiense (de París); -ino: montalvino (de Montalvo); -teco: guatemalteco (de Guatemala); -és: cordobés (de Córdoba); -í: iraní (de Irán); -eño: guayaquileño (de Guayaquil); -ero: habanero (de La Habana), sanjuanero (de San Juan); -ejo: popayanejo, cañarejo, biblianejo (de Popayán, Cañar y Biblián). Estas últimas grafías alternan en el uso con el sufijo -ense: cañarense, biblianense.
Es muy normal que para un mismo topónimo (nombre propio de lugar) existan varias denominaciones formadas por sufijos diferentes, este es el caso del gentilicio de la provincia de Santo Domingo de los Tsáchilas, cuyos gentilicios son santodomingueño y santodominguense. También de Guayas, provincia del Ecuador, que tiene los gentilicios guayaco y guayasense.
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