En declaraciones a Efe, Alejandro Veiga Rodríguez, profesor de la Universidad de Santiago de Compostela y especialista en Lingüística, apostó por que sean tres los especialistas que intervengan: el historiador, el especialista en literatura y el de lingüística.
«Los lingüistas hemos renunciado a la labor de reconstrucción crítica de textos medievales», comentó Veiga.
Durante los dos días del congreso, varios especialistas debatieron el presente, pasado y futuro de una lengua de contacto luso-española con casos lingüísticos de la frontera entre la región portuguesa del Alentejo y la española de Extremadura.
La influencia entre el árabe y el español en Ceuta —muy poco estudiada—, la mezcla del portugués y el español europeo o la del portugués de Brasil y el español latinoamericano fueron otras vertientes discutidas.
El contacto entre el español y lenguas como el inglés (espanglish) o el tagalo (chabacano) estuvo también en discusión.
Según Veiga, la pujanza del español en Estados Unidos dependerá en último caso del propio hablante, pues, en algunos casos, la lengua de Cervantes tiene una connotación negativa por ser una lengua asociada a la pobreza que arrastra la inmigración.
En Estados Unidos, se estima una población hispano-hablante de unos 45 millones, aunque en muchas ocasiones está contaminada por el inglés en la vertiente del espanglish, en la que se mezclan, deformándolos, elementos léxicos y gramaticales del español y del inglés.
El coordinador del Departamento de Lingüística General y Románica de la Universidad de Lisboa (UL), José María Santos Rovira, explicó a Efe que «el contacto con otras lenguas siempre enriquece», aunque lamentó las situaciones en las que se utilizan vocablos foráneos en detrimento de los suyos.
Las jornadas, que dirige el departamento de Lingüística General y Románica, contaron con el apoyo del Instituto Cervantes y la Casa de América Latina en Portugal, entre otras instituciones.