El salón de actos de la Academia acoge cada año esta celebración, que en esta ocasión estuvo presidida por el director de la RAE y vicepresidente de la Fundación, Darío Villanueva; el presidente de la Fundación y gobernador del Banco de España, Luis María Linde, y el secretario de la institución, Santiago Muñoz Machado.
Al comienzo de la sesión, Villanueva recordó al poeta Carlos Bousoño, fallecido el pasado sábado a los 92 años. Como es tradición en la RAE, el pleno que se celebra cada jueves se levantó «en recuerdo emocionado» de quien era el decano de esta institución.
La RAE, dijo el director, nació hace trescientos años «por iniciativa de la sociedad civil, y, ahora, en el siglo XXI, la sociedad civil ayuda a las labores de la Academia a través de la Fundación pro RAE».
En tiempos de recortes presupuestarios, la Academia necesita nuevos benefactores, y para captarlos se puso en marcha una campaña el pasado mes de mayo, que termina a principios del 2016.
Quienes se animen a colaborar con la Academia recibirán como obsequio un ejemplar de la última edición del Diccionario de la lengua española.
El secretario de la RAE informó sobre las principales actividades del III Centenario, que comenzó formalmente el 27 de septiembre del 2013, con la exposición «La lengua y la palabra», y ha sido clausurada hoy, en el año en que se cumplen tres siglos de la publicación de los primeros Estatutos de la Academia.
Un amplio programa de exposiciones, publicaciones de libros, conferencias, representaciones teatrales y simposios, entre otras actividades, han servido para recordar los 300 años de existencia de esta institución encargada de velar por la unidad del idioma.
En el Día de la Fundación pro RAE se entregaron también los premios académicos correspondientes a 2014: el Premio Borau-RAE, otorgado a Fernando Trueba y Jean-Claude Carrièrre por el guion de la película El artista y la modelo, que recogió en su nombre Aida Folch, actriz protagonista de esa película en la que «el silencio es tan importante como la mirada», según se decía en el texto enviado por el cineasta español.
Tampoco pudo asistir a la entrega de galardones el escritor colombiano Juan Gabriel Vásquez, que ganó el Premio Real Academia Española por su obra Las reputaciones. Lo recibió en su nombre Pilar Reyes, directora de Alfaguara y Taurus, que leyó un texto del novelista en el que decía que se le ha ido la vida «tratando de penetrar en los misterios de nuestro idioma y aprendiendo a dominar sus magias y sortilegios».
La novela premiada, proseguía Vásquez, es, como todas las ficciones literarias que le han formado, «un intento quimérico y algo desesperado por darle un orden verbal al caos irrefrenable de la experiencia humana».
La conferencia conmemorativa que cada año pronuncia un académico el Día de la Fundación corrió hoy a cargo del director honorario de la Academia y director del Instituto Cervantes, Víctor García de la Concha, quien habló de la «Reforma literaria de Teresa de Jesús», cuando se celebra el quinto centenario del nacimiento de la escritora abulense.
Santa Teresa «abrió la literatura española a la interioridad y al vuelo del espíritu. Esa fue la Reforma literaria que Teresa de Jesús legó como patrimonio a la humanidad», afirmó García de la Concha, gran experto en literatura del Siglo de Oro.
«A medida que uno profundiza en la lectura de su obra», señaló García de la Concha, «se siente como en una gran catedral en la que van resonando ecos de voces profundas que terminan por fundirse en una penetrante unidad en el hondón del alma».
A juicio de García de la Concha, «si tenemos en cuenta que el valor o el grado de literariedad de un escrito es proporcional a la densidad de relaciones o interdependencias que se pueden establecer en todos los niveles de la estructura de una obra, habremos de concluir que la de Teresa de Jesús constituye una de las cimas más altas de la literatura en lengua española».
La Academia rindió también homenaje a Cervantes, coincidiendo con los cuatrocientos años de la publicación de la segunda parte del Quijote la obra y del fallecimiento de su autor, que se conmemorará en el 2016. El actor y académico José Luis Gómez, con su excelente dicción, leyó el último capítulo de la gran obra cervantina.