Citas: «Ana Mercedes Plata, la mujer que hace unas semanas impactó a los colombianos con un video casero en el que invitaba a votar por ‘Juanpa’ y no por ‘Zurriaga’, le hizo ayer un llamado a la guerrilla” (EL TIEMPO); «Doña Mechas llegó a la posesión del segundo gobierno de ‘Juanpa’ (El Universal, Cartagena); «Doña Mechas llegó vestida de azul a la posesión de ‘Juanpa’ » (Cromos).
Comentario: La norma dice que antes de p no va n, sino m (chompa, Amparito, zampó, sampuesana…).
Observe, por ejemplo, cómo de la preposición sin (terminada en n) y el sustantivo par (que comienza con p) sale la palabra impar (con m), así como del prefijo in-, que significa ‘adentro’, y el verbo portar sale el derivado importar, y del mismo prefijo y el adjetivo poluto, ‘sucio’, sale el adjetivo impoluto, ‘limpio’, cambio que no opera en otras voces con el mismo prefijo, incluir, insano, intrascendente.
El mismo cambio se da en la palabra ciempiés, derivada de cien, con n, y pies.
Un caso lingüístico más cercano al hipocorístico Juampa (nombre propio) nos lo ofrece la etimología del apellido Samper (nombre propio). Según estudios sobre el origen de este apellido, Samper es acrónimo de San Pedro, que fue adoptado por judíos conversos. Vea cómo la n de San se convierte en m, por la misma norma señalada.
Como bien se sabe, igual regla opera con la letra b (bambuco, patizambo, sambenito, cambalache…), incluidos nombres propios (Amberes, Bombay…).
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