En la ceremonia, celebrada en el Aula Magna de la Universidad, Blecua ha pronunciado la conferencia magistral «1780: un año académico del reinado de Carlos III», en la que dio detalles sobre las obras que se publicaron ese año.
Un año «especialmente significativo» en la historia de la Academia, con acontecimientos como la primera aparición del “Diccionario” en un solo tomo, que inaugura la serie de diccionarios usuales que llega hasta la actualidad.
En 1780 concluyó también el proceso de preparación de la edición académica de El Quijote y hubo concursos de elocuencia y poesía.
Quizá porque la RAE está en plena celebración de su tercer centenario, Blecua quiso remontarse en su discurso a los primeros tiempos de la corporación, cuyos trabajos se conocen a la perfección, porque la Real Academia «guarda cuidadosamente desde el 3 de agosto del año 1713 actas de las reuniones que se han llevado a cabo por parte de los académicos», contó el director.
«La lectura del libro de actas produce una intensa emoción y nos permite vislumbrar a través de sus líneas elecciones y defunciones de académicos, alegrías y tristezas, peticiones, análisis de publicaciones, aprobaciones de textos fundamentales, pagos por labores de la Corporación, peleas más o menos solapadas entre académicos» y visitas al Rey.
Y, sobre todo, «el trabajo constante de los académicos en “su taller”», como lo denominaba Laín Entralgo, señaló Blecua.
Gracias a las actas se sabe que en una sesiones «se van corrigiendo las capillas de la edición de El Quijote, en otras se examinaban las láminas de las ilustraciones de la obra cervantina y se corregían también las capillas de la futura edición del “diccionario chico”, que es la primera edición del que hoy conocemos como diccionario usual de la Academia», rememoró.
En marzo de 1780, los académicos fallaron el premio de elocuencia y poesía. El de prosa quedó desierto, pero el de poesía recayó en Juan Meléndez Valdés, por entonces «joven profesor de la Universidad de Salamanca», afirmó Blecua.
Meléndez Valdés «se propuso eliminar con decisión los principios estéticos del barroco y, a través de todo su trabajo de creación, logró conseguir manejar hábilmente los nuevos géneros poéticos hasta ser admirado por los escritores jóvenes como Quintana y triunfar en dominios como la poesía filosófica moral», dijo el conferenciante.
Pero lo más importante de cuanto hizo la Academia en 1780 fue la publicación del «diccionario chico», que es «nada menos y nada más que la primera edición del Diccionario académico, tal como hoy lo entendemos», subrayó el director.
Esta obra eliminaba las citas del Diccionario de Autoridades de 1726-1739 y creaba un diccionario «reducido a un tomo», que se iba a convertir «en la labor más importante de la RAE a través de su historia», aseguró Blecua.
El elogio de Blecua en la ceremonia de investidura corrió a cargo de la profesora María Pilar Garcés Gómez y cerró el acto el rector de la Carlos III, Daniel Peña.
A la investidura han asistido profesores de diversas universidades españolas, además de los académicos José Antonio Pascual, Carme Riera, Salvador Gutiérrez y Aurora Egido.