«A través del idioma se comparten sensaciones, sentimientos, es una manera de ver y entender la vida», explica Moro (Madrid, 1955), Premio Planeta 2011 por El imperio eres tú, que destaca el potencial del castellano como «arma de propaganda» de España más allá de sus fronteras.
Nacido en Madrid, aunque de madre francesa, eligió escribir en la lengua de Cervantes porque considera que «la patria del escritor es el idioma», más allá de los límites geográficos, y gracias a éste ha podido «entenderse» con una comunidad «mucho mayor» que en cualquier otra lengua europea desde Latinoamérica a Estados Unidos.
De esto hablará junto a Carmen Posadas y Carme Riera en el Foro Pirineos, promovido por la Agencia EFE y la agencia andorrana ANA en Andorra la Vella, actual capital iberoamericana de la cultura, en un coloquio que también abordará el estado del español y las ventajas de esta lengua en el mundo, así como el papel de las instituciones en su expansión.
«No sé si en España somos conscientes de la riqueza que representa el castellano en el mundo», dice Moro, que afirma que en sus viajes al extranjero se ha dado cuenta de que alrededor del planeta «la demanda» por aprender esta lengua «es enorme», especialmente en la India, para lo cual considera «clave» el papel del Instituto Cervantes.
Autor de Pasión india, el novelista considera que la literatura en castellano tiene actualmente «una gran vitalidad» por su pluralidad de voces, aunque echa en falta más «transversalidad» entre los literatos fuera de sus países porque, opina, en sus temáticas prevalece «un cierto localismo».
Él, que se considera un escritor «hispano» y que ha tenido cierta notoriedad en Latinoamérica con su última obra, A flor de piel (Seix Barral), opina también que el problema con el castellano es que «los políticos no parecen ser conscientes del valor del idioma» y desconocen «cómo sacar provecho a ese capital cultural».
A ellos les pide «de forma urgente» bajar el IVA cultural «al nivel de otros países europeos» como Francia, así como «ayudar más a la cultura» o, al menos, «que la dejen en paz», decepcionado porque esta semana el Ministerio de Educación, Cultura y Deportes le ha rechazado una ayuda para traducir al inglés su libro más reciente.
«Es una pena», cuenta Moro, que tras el éxito en el mundo hispanohablante de A flor de piel tenía una petición de un editor indio para publicarlo también en el país asiático, Reino Unido y Estados Unidos.
Precisamente en tierras norteamericanas acaba de terminar una investigación para su próximo proyecto literario, que no quiere desvelar, y cuenta que tras la elección de Donald Trump los estadounidenses «están que no se lo creen», tanto sus votantes como sus opositores.
«Con Trump están saliendo los viejos demonios que estaban allí agazapados», reflexiona, una situación que, según sus palabras, se debe a que hay «un sustrato de racismo muy grande» en la sociedad norteamericana, «dividida como agua y aceite».
Sin embargo, cree que «al final se va a imponer la realidad» y el magnate no podrá expulsar a los inmigrantes latinos, como prometió en campaña electoral en una más de las «mentiras» que forman parte del «populismo más simple», añade Moro, en el que «los malos son los otros y nos van a quitar lo nuestro».
Su «miedo» es que este «paso atrás» que representa el populismo se traslade a Europa, concretamente a Francia, donde Le Pen disputará las elecciones presidenciales el año que viene con «las mismas mentiras y los mismo muros» que, concluye, «no tienen sentido en un mundo que ha cambiado».