¿Quién no ha pensado con angustia en los estudiantes de español que llegan desde el inglés, el francés o el alemán y descubren que sus ‘to be’, ‘être’ y ‘sein’ se desdoblan en una cosa que se llama ‘ser’ y otra cosa que se llama ‘estar’, que no significan nada en concreto pero que tienen bien delimitadas sus jurisdicciones? Puede ser aún peor, porque en portugués hay un tercer verbo copulativo, ‘ficar’, que está más cerca de estar que de ser. ¿Y qué significa esto de tener un ser y un estar? ¿Nos cambia en algo la vida, la manera de ordenar nuestras ideas?
Los interesados pueden buscar la respuesta en el Vocabulaire européen des philosophies: Dictionnaire des intraduisibles, un proyecto que arrancó en Francia en 2004 bajo la dirección de Barbara Cassin y que esta primavera ha aparecido en una nueva versión en inglés con el título de Dictionary of untranslatables. 400 entradas, 12 idiomas, 150 colaboradores, más de una década de trabajo… Que nadie espere una simple relación de modismos fotogénicos:‘Zeitgeist’, ‘saudade’ y ese tipo de palabras que a veces usamos para hacernos los sofisticados.
No: cada intraducible da pie a un ensayo entre la Lingüística y la Filosofía sobre el origen de la palabra y las connotaciones que las separan de sus traducciones. El caso, por ejemplo, de la española ‘vergüenza’ que está a mitad de camino entre ‘shame’ y ‘modesty’ pero que no es exactamente ninguna de las dos.
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