¡Bienvenidos al apasionante mundo de la impertinencia! Un mundo al que todos hemos acudido de vez en cuando, sobre todo en momentos de tensión, para rescatar alguna que otra palabra mal sonante.
Por norma general, cuando nos enfadamos, tendemos a utilizar siempre a los mismos insultos. No obstante, el castellano es un idioma tan rico (basándonos en la 23.ª edición del Diccionario de la lengua española, el castellano está compuesto de 93 111 palabras) que cuenta con un gran número de improperios dispuestos a ser utilizados. Por desgracia, la mayoría de ellos están cogiendo polvo en los diccionarios esperando a que alguien se atreva a usarlos.
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