La elección de palabras positivas registró el porcentaje más alto entre la población que se expresa en español que en los otros nueve idiomas analizados: inglés, portugués, alemán, francés, chino, ruso, indonesio, árabe y coreano.
La comunicación entre los hispanohablantes no solo es muy positiva, sino que también «el apego emocional al idioma español es el más alto» con respecto a las lenguas estudiadas, dijo a Efe Peter Sheridan Dodds, uno de los responsables del informe.
Entre las palabras positivas más usadas en español figuran: «amor, felicidad, paz, sonrisa, amigos y alegría», y entre las negativas que se emplean con menos frecuencia están: «muerte, guerra, tragedia, odio, miseria e injusticia».
Dodds enfatizó que en todos los idiomas analizados la elección de palabras positivas es predominante, y que además se aprenden con mayor facilidad, son usadas con frecuencia y se consideran más significativas.
El equipo de académicos de Vermont, liderado por Dodds y Christopher Danforth, estableció tras ocho años de investigación que «la comunicación humana a través del lenguaje es predominantemente positiva».
A pesar del egoísmo inherente de los individuos o de las grandes tragedias humanas que se sucedieron a través de la historia, «el balance es positivo», puntualizó el académico, «tendemos a expresarnos de manera favorable».
Prueba de ello es el uso «muy frecuente» de palabras positivas sobrepasando a los términos negativos en los clásicos de la literatura universal, como Moby Dick, El Quijote, Ulises, Oliver Twist, Crimen y Castigo o El Conde de Montecristo.
El informe sugiere que los humanos tienden a recordar mejor la información gratificante que las vivencias desagradables, y que el positivismo juega un rol importante en la psicología humana.
Después del español, «la comunicación en portugués y en inglés es la más positiva», y los resultados revelaron que «el intercambio en chino y en ruso suele ser el menos positivo» entre todos los idiomas analizados.
El equipo de once personas de la universidad de Vermont analizó 100 000 palabras en veinticuatro soportes diferentes, como entradas de Twitter, letras de canciones, subtítulos de programas televisivos, emisiones de radio y clásicos de la literatura.
El estudio catalogó además cerca de cincuenta valoraciones por palabra analizada, unas 10.000 en total, a partir de la clasificación realizada por parte de los participantes, a los que se les pagó para valorar sus sensaciones buenas o malas.
Dodds explicó que el estudio se realizó a partir de la hipótesis denominada «Pollyanna», formulada por los estudiosos Charles Osgood y Jerry Boucher en 1969, que ponía de manifiesto que las personas, independientemente de la cultura a la que pertenezcan, utilizan con mayor frecuencia palabras positivas.
Los resultados «nos sorprendieron, no los esperábamos», señaló Dodds, quien dijo que «la tendencia de usar palabras positivas» resultó ser «una práctica generalizada» entre la mayor parte de los seres humanos después de 45 años.
Los académicos además de lanzar una herramienta en internet denominada Hedonómetro, que permite visualizar un análisis de las obras literarias en cuanto al lenguaje positivo que utilizan, tienen pensado ampliar el estudio a más idiomas como el sueco y el noruego.