La cinta ganó la Concha de Oro y Morales la llevó a las salas subtitulándola en español de España. Director de Wanda Films y exvicepresidente de la Federación Iberoamericana de Productores Cinematográficos y Audiovisuales (FIPCA), Morales explica aquella decisión: «Lo importante es que las películas viajen. A Ripstein [el director] y a Paz Alicia Garciadiego [guionista] les pareció bien».
Con un recurso tan poco habitual trataba de sortear la barrera de los arcaísmos mexicanos de la película. Para el productor de títulos como La teta asustada (Perú) o XXY (Argentina), «los modismos son una riqueza; estoy en contra de uniformar la lengua. ¿La solución? Para las obras más autorales, subtítulos. Para las destinadas a un público general, promoción. Antes había más semanas de cine en español. Eso ayudaría a que el espectador se adaptara».
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