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Fundéu reúne «El español más vivo» en 300 recomendaciones para hablar bien

Selfi, postureo, wasap, cibercondría o nomofobia son algunas de las palabras y expresiones del español más actual, el que cambia cada día y genera dudas que la Fundéu BBVA trata de resolver en el libro El español más vivo. 300 recomendaciones para hablar y escribir bien.

Ejemplares del libro «El español más vivo. 300 recomendaciones para hablar y escribir bien».editada por Espasa. Foto: ©Efe/Juan M. Espinosa

La Fundación del Español Urgente, promovida por la Agencia Efe y BBVA, emite cada día recomendaciones sobre el uso del idioma dirigidas a los periodistas, pero también, y cada vez más, a una creciente comunidad de personas interesadas en el buen uso del idioma porque participan en foros, blogs, chats, redes sociales…

Una selección de esos consejos, que se distribuyen a diario por las líneas de la Agencia Efe y a través de la web, las redes sociales y la lista de correo de la Fundéu BBVA, es la que forma esta obra, editada por Espasa.

Como explica el director general de la Fundación, Joaquín Muller, este «no es un manual de estilo clásico, ni una ortografía que enseñe a colocar los puntos, las comas y las tildes: ni tampoco una gramática que enseñe a cómo analizar cualquier frase».

Sí pretende en cambio resolver cuestiones que «ningún otro libro, por el momento ha planteado»: las que tienen que ver con el español más vivo, «ese que aún no ha llegado a los diccionarios ni a las gramáticas, porque la lengua y sus hablantes siempre son más rápidos».

La obra se divide en tres grandes apartados, de los que el más amplio es el de léxico, que es siempre la parte «más inquieta de una lengua, algo así como el niño revoltoso de la clase», explica su coordinadora, Judith González Ferrán.

Judith González, con un ejemplar del libro. Foto: ©Agencia Efe/Juan M. Espinosa

En esa parte de la obra pueden resolverse dudas sobre extranjerismos (¿marketing, márquetin o mercadotecnia?), neologismos (webgrafía, copipega), pobreza léxica (¿por qué se usa tanto el verbo arrancar y tan poco otros como empezar, comenzar…), género y número (¿hay un femenino para obispo?) o significado (¿qué significa realmente austericidio?).

En el apartado de gramática se abordan, entre otros, problemas como el queísmo y el dequeísmo (¿se dice informar que o informar de que?), concordancias y conjugación (¿es asola o asuela?).

Por último, en las páginas dedicadas a la ortografía se ofrecen consejos sobre acentuación (¿lleva tilde guion?), puntuación (¿se pone punto detrás de los signos de exclamación e interrogación?) y mayúsculas (¿las llevan rey, papa o presidente?).

La obra se completa con seis breves glosarios que reúnen decenas de pequeñas recomendaciones sobre términos y expresiones agrupadas por temas: espectáculos, moda, internet y tecnologías, deportes, latinismos y economía y empresas.

Todo el contenido mantiene, como se explica en el prólogo, el estilo habitual de la Fundéu, que huye de la jerga lingüística y trata de emplear, sin renunciar al rigor, un lenguaje que todo el mundo pueda entender.

Cada uno de los textos incluye un titular sencillo, una breve explicación de la duda o problema lingüístico planteado, las alternativas propuestas y un pequeño cuadro que recoge de forma más visual los usos adecuados —marcados con :)— y los inadecuados —:(—.

González Ferrán señala que, por la propia naturaleza del libro, antes o después algunas de las recomendaciones seleccionadas dejarán de ser «el español más vivo» porque «el ultimísimo español es el que estamos haciendo cada día, el que se puede oír en el metro, en una librería o en un café».

Una lengua, concluye, que «hacemos todos juntos y que no es patrimonio de ningún manual, gramática o diccionario» y a la que la Fundación del Español Urgente promete seguir atenta.

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