Este seminario, centrado en «El español del futuro en el periodismo de hoy», ha reunido en el monasterio riojano de San Millán de la Cogolla, a un grupo de periodistas que han desarrollado su carrera en medios tradicionales y digitales.
Prácticamente, todos han coincidido en dar valor a la red social Twitter como una de las claves que marcan ya, y lo harán más en el futuro, la manera de informar.
Carmela Ríos, que ha trabajado para televisiones como Antena 3, CNN+ y Cuatro, ha subrayado que Twitter es «un entrenamiento para hacer otro periodismo, para contar las cosas de otra forma», sobre todo porque «se hace en tiempo real» y «puede haber interacción con el lector».
Pero, «todavía estamos en el minuto cero de lo que podemos hacer en una red social», según Río, para quien «Twitter también es una caja de bombas, porque en un minuto puede minar la credibilidad de un periodista».
Antonio Fraguas, colaborador de diferentes medios, como la SER, Rolling Stone y La Marea, ha considerado que el idioma español «ya es en sí mismo una red de usuarios», y «el reto que tenemos los periodistas es cómo jugamos al español y a internet a la vez».
Ha alertado sobre la posibilidad del «engaño» en Twitter, porque a través de esta red «se puede fomentar el ruido, el que una cosa de poca gente parezca mayoritaria». Frente a ello, «para conocer la realidad de verdad, hace falta un periodismo con perspectiva, valores y trabajo de profundización», aunque «eso es difícil, porque todo está preparado para que no pensemos».
Ante esa situación, ha abogado por promover una «educación integral» y que los niños «toquen muchas teclas para que sepan aprovechar todo el potencial de Twitter y de la red en general».
El argentino Pablo Mancini, director de estrategia digital en Infobae tras pasar por medios como el Grupo Clarín en su país y El Comercio en Perú, ha reclamado a los periodistas «repensar su trabajo», porque ahora «ya no hay lectores, sino personas conectadas», y «no hay formatos, sino información relevante».
«La profesión del comunicador está ante un cambio de reglas que va más allá de la velocidad; pasa porque las personas tienen una cantidad de información ingente, y la brevedad que, por ejemplo, exige Twitter es solo una expresión de eso», ha defendido y ha reclamado no ver «con terror» la situación actual.
Agustín Alonso, responsable de redes sociales en TVE, ha recalcado que el debate sobre la tecnología e internet no puede plantearse en términos de «peligro» para la profesión periodística o de «si es buena o mala».
«No podemos pensar si Twitter es bueno o malo, sino en cómo adaptarnos a esa red, que ya existe, es una realidad». «En ella podemos decidir qué queremos ser, cuál va a ser nuestro discurso», ha subrayado.
Ha reconocido la capacidad de todas las redes sociales para «devorar» a los periodistas «en cuanto cometen un error», aunque, al contrario que en los medios tradicionales, «en Twitter y en otras redes se pueden pedir disculpas», algo que «deben aprender los periodistas», ha dicho.
Enrique Infante, profesor de la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR) y primer director de Marca.com, ha aludido a la mayor responsabilidad que implica Twitter para los periodistas, porque «ahora dejas el medio, cuando te vas a casa cada día, pero sigues en la red», con lo que «ya no se trabaja en un medio: el periodista es un medio en sí».
Por eso, ha dicho, ahora los periodistas deben aprender a «gestionar la abundancia, el aluvión de información que tienen, saber actualizar el mensaje y ser conscientes de que el mensaje puede llegar a cualquier rincón del mundo».
«Ahora el periodista tiene que mover el ojo de lector, el dedo de quien maneja el ratón y un poco su alma, porque ahora le pedimos que lea, pero también que opine», ha concluido.
Este seminario, que inauguró la princesa de Asturias, está organizado por la Fundación San Millán y la Fundación del Español Urgente (Fundéu BBVA), impulsado por la Agencia Efe, patrocinado por el BBVA y asesorado por la Real Academia Española.