—En su libro, A los actores, habla de su adolescencia, cuando se sentía escritor sin serlo.
—Al leer La isla del tesoro te identificabas y en el cine me veía enamorando a chicas maravillosas, a ser posible esclavas con velo.
—¿Cómo fue su educación literaria?
—Lo que más recuerdo es una enciclopedia, El tesoro de la juventud, que tenía todos los saberes reunidos, y, como con el Quijote, podías entrar por donde quisieras.
—¿Usa el diccionario?
—Sí, el de Casares ha sido el de cabecera, y uso el de la RAE en versión electrónica.
[…]
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