Así de tajantes se han mostrado hoy los presidentes de la Real Academia Española (RAE), Darío Villanueva, y de la Academia de Publicidad, Fernando Herrero, durante la presentación de un estudio elaborado por estas instituciones para el que se han analizado todos los anuncios gráficos y televisivos emitidos en España en 2015.
Y la conclusión es rotunda: 322 marcas utilizan el inglés de forma sistemática.
La investigación ha revelado que muchos anuncios están llenos de eslóganes en inglés, pese a que España es uno de los países de la Unión Europea con peor nivel en esta lengua.
«Queremos aparentar que la sabemos —la lengua inglesa— porque somos unos paletos», ha asegurado Herrero.
¿Prefiere usted almorzar con sus amigos en un restaurante parrilla o en un lunch and grill?
Estas dos expresiones tienen significados similares y, probablemente, la comida que oferten sea igual. Sin embargo, muchos españoles elegirían ir al segundo lugar, solo porque les suena más elegante, ha aseverado Enrique Yarza, secretario general de la Academia de la Publicidad y uno de los autores del estudio.
«Me produce un profundo desagrado» esta situación, ha reconocido Villanueva, quien ha considerado que cuando «el complejo de inferioridad avanza, recurrimos al inglés como si diese superioridad».
Y es que existe la idea generalizada de que el inglés hace que aquello que se quiere vender sea «más atractivo a los compradores», ha explicado Villanueva.
Creemos que solo las marcas extranjeras lo utilizan, pero no es así: el 8,3 por ciento de las nacionales también recurren al inglés en sus anuncios publicitarios, según ha contado Yarza.
Uno de los sectores que más lo utiliza es el de la automoción, donde el 65 por ciento de las marcas usa eslóganes ingleses.
La publicidad vende sus productos en inglés y, aunque no seamos capaces de entender el significado del anuncio, adquirimos el producto porque nos hace ser mejores y aparentar ser chic y tener glamour, ha asegurado Villanueva.
Herrero ha explicado que la esencia de la publicidad es enamorar al consumidor para que este adquiera el producto, pero que con la utilización del inglés esa idea está desmoronándose porque «se pretende emocionar en otra lengua», algo que, en su opinión, «es imposible».
Intentan transmitir el amor o el odio en inglés…, «pero es imposible transmitir el sentimiento cuando el idioma no se corresponde con el que hablamos», ha defendido Herrero.
«Es imposible llegar hasta el alma con el inglés», ha zanjado.
Push, media planner, always-on… el estudio localiza en torno a quinientas palabras en inglés usadas en la publicidad.
Pensamos que los anglicismos solo están presentes en los medios de comunicación y la publicidad, pero no es así.
Es común recurrir al uso de palabras inglesas en la vida cotidiana: el bar de copas (nightclubs), la tienda de artículos de belleza (beauty shops) o los productos ecológicos (fresh food) son algunos ejemplos.
Los autores del estudio coinciden en la necesidad de que «los anunciantes y la sociedad» aumenten el uso del castellano en la publicidad y en la calle.
Y es que es necesario «volver al orgullo español», aunque luego sigamos recurriendo al «made in Spain» para anunciar la marca España.
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