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| Agencia EFE

Piden apoyo a los jefes de empresas y administración para un lenguaje claro

Los representantes de empresas, de instituciones y de expertos en el uso de la lengua han coincidido en que hacer más claro el lenguaje oficial o de documentos contractuales debe ser apoyado «desde arriba», por los «jefes» de esas entidades.

Esta es una de las conclusiones de la primera mesa del XII Seminario Internacional sobre Lenguaje y Periodismo Lenguaje claro, reto de la sociedad del siglo XXI, organizado por la Fundación San Millán de la Cogolla y la Fundación del Español Urgente (promovida por la Agencia EFE y BBVA), y que ha inaugurado la reina Letizia.

En esta ponencia han intervenido la directora de Comunicación de Ikea Ibérica, Luisa Alli; el responsable de Calidad en la Dirección General de Traducción de la Comisión Europea, Ingemar Strandvick; y, como moderadora, la catedrática de Lengua Española de la Universidad de Barcelona Estrella Montolío.

Los tres han coincidido en que en torno a la comunicación de empresas y administraciones hay muchos intereses que condicionan su forma, entre ellos, las «reticencias» desde las más altas esferas políticas y económicas a utilizar, en ocasiones, un lenguaje más claro por «miedo» a las consecuencias de que los ciudadanos comprendan en su totalidad lo que se les está diciendo.

Strandvick ha afirmado que «si una administración no comunica claro, eso afecta a su propia legitimidad ante los ciudadanos»  y «si no se entiende bien, los ciudadanos no se van a interesar por la política, no van a participar en los procesos políticos y eso es un peligro para la democracia».

La diputada del PP en la Asamblea de Madrid Isabel Díaz Ayuso ha admitido que en las administraciones se busca, en ocasiones, la «recarga» de textos y términos para que «parezcan mejores», pero «la realidad es que si no te haces entender, no te van a entender».

«Existen muchos vicios heredados en este campo y es necesario cambiar la mentalidad y potenciar la sencillez en la relación de los políticos con los ciudadanos», ha dicho, algo «en lo que queda mucho por hacer, pero es un camino sin retorno si queremos que confíen en nosotros».

También hay empresas que «hablan el mismo lenguaje que los ciudadanos», ha defendido la responsable de Comunicación de Ikea Iberia, para quien la «transparencia» es «la forma de rendir cuentas a los clientes».

El director de la Oficina del Defensor del Cliente de Endesa, Enric Brazis, ha afirmado que en las empresas «todavía hay miedo a ser transparentes porque parece que eso va ha hacer que aumenten las reclamaciones» y porque la claridad, «a veces, choca con otros intereses».

La jefa del Equipo en Reputación del BBVA, Esther de la Torre, ha señalado que «los clientes prefieren claridad, aunque tengan que perder más tiempo» y, «siendo transparentes y responsables, se incrementan las ventas».

El periodista Javier Badía ha asegurado que en la administración “hay voluntad de cambiar» el lenguaje, pero los empleados públicos, a la hora de ponerlo en práctica, se encuentran con problemas planteados por sus «jefes» y «si los dirigentes políticos no tienen determinación en este campo, no hay futuro».

Además, el especialista en lenguaje fácil Oscar Muñoz ha indicado que en la administración hay «miedo» a que «un lenguaje claro deje al descubierto que algunos contenidos no tienen armazón» y la periodista Yolanda Quintana ha subrayado que «el derecho a una información clara no es negociable».

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