Llega el verano, y, junto con las noticias sobre Gibraltar y las canciones bailongas, las altas temperaturas desatan el ya clásico debate lingüístico de la temporada: ¿se dice el calor o la calor? No son pocos los hablantes que miran con desprecio a quienes dicen la calor por considerarla una expresión vulgar y poco elegante. Las redes están llenas de proselitistas de la forma en masculino que afean el uso de la muy castiza y tradicional la calor y abogan por usar siempre y únicamente el más neutral y anodino el calor.
La mayoría de diccionarios recogen la variante la calor como forma regional o arcaica, aunque la entrada que le dedica la Academia a calor en el Diccionario Panhispánico de Dudas es demoledora y da alas a quienes ven en la calor un vulgarismo que hay que extirpar: «Su uso en femenino, normal en el español medieval y clásico, se considera hoy vulgar y debe evitarse», afirma categóricamente el DPD.
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