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Agencia EFE

El vocabulario de la guerra

La campaña militar rusa en Ucrania ha acuñado durante estos seis meses de combates una serie de palabras que conforman lo que se conoce como el vocabulario de la guerra. Esos vocablos están marcados por el militarismo reinante en Rusia, la intolerancia con la disidencia y el antagonismo entre el Kremlin y Occidente.

— Operación militar especial: nombre elegido por el Kremlin para describir la intervención en Ucrania, ya que la palabra guerra está terminantemente prohibida. Sus objetivos principales son la «liberación» del Donbás y la «desnazificación» y «desmilitarización» del país vecino. Con todo, las tropas rusas han conquistado también parte de las regiones sureñas de Jersón y Zaporiyia, y creado un corredor terrestre entre la anexionada península de Crimea y el Donbás.

– Quinta columna: término acuñado durante la guerra civil española y que el Kremlin y los políticos oficialistas rusos emplean para referirse a todo aquel que no apoya la «operación militar especial» en Ucrania. En su mayoría, los miembros de esa quinta columna ya se han exiliado por miedo a represalias.

– Occidente colectivo: expresión que define a todo el bloque occidental encabezado por Estados Unidos y la Unión Europea (UE), un grupo cuyos países son casi todos miembros o candidatos al ingreso en la OTAN. No es el caso de Turquía, miembro de la Alianza Atlántica, pero que no es un país occidental ni ha apoyado las sanciones contra Moscú.

– Neonazismo: uno de los principales argumentos esgrimidos por el presidente ruso, Vladímir Putin, para lanzar la operación militar. Rusia considera que el Gobierno ucraniano está integrado por neonazis, aunque el líder ucraniano, Volodímir Zelenski, sea judío. El Ejército ruso también mantiene que en el Donbás combate principalmente contra batallones ultranacionalistas y rusófobos.

– Inamistoso: es el calificativo utilizado para definir a los países que han realizado acciones inamistosas contra Rusia, es decir, adoptado sanciones debido a la intervención militar en Ucrania. Incluye a los países occidentales, pero también a otros como Japón o Australia. En el vocabulario diplomático, inamistoso es un grado menor que hostil.

– Purificación: término utilizado por Putin para referirse a que el éxodo de aquellos que se oponen a la invasión de Ucrania ha permitido «purificar» la sociedad rusa de elementos antirrusos, lo que incluye a periodistas, políticos liberales, disidentes, activistas, artistas y empresarios.

– Anti-Rusia: supuesto proyecto geopolítico ideado por la Casa Blanca para convertir a Ucrania en una «anti-Rusia», donde se prohibiría la lengua rusa, se instalaría un régimen vasallo y se desplegaría armamento ofensivo que amenazaría directamente la seguridad del país.

– Contención: el objetivo de toda la política occidental es contener el desarrollo de la Federación Rusa como un país soberano que no sigue al pie de la letra los dictados de Washington. Moscú busca en Asia, África y América Latina una alternativa a las relaciones con Occidente.

– Delación: práctica que se ha reactivado últimamente en las escuelas rusas para denunciar a los maestros que critican la política del Kremlin en Ucrania. Varios profesores rusos han sido despedidos, multados e incluso condenados a penas de cárcel tras ser delatados por sus alumnos.

– Desprestigiar: acción de desacreditar al Ejército, es decir, hacer cualquier comentario que ponga en duda la «nobleza» —según Putin— de las acciones de los soldados rusos en el campo de batalla. Esto incluye las denuncias de los crímenes de guerra supuestamente cometidos por militares rusos en Ucrania. Acarrea penas de varios años de cárcel.

– Partisanos: la prensa ucraniana utiliza esa acepción para referirse a los integrantes de la resistencia clandestina que realiza acciones de sabotaje, especialmente en las zonas controladas por el Ejército ruso en el sur del país.

– Traidor: cualquier persona que critique públicamente la campaña militar rusa, los presuntos crímenes de guerra o acuse al Kremlin de utilizar a su población como carne de cañón para satisfacer sus ambiciones imperialistas.

– Filtración: práctica implantada por el NKVD, precursor del KGB, en la Segunda Guerra Mundial y recuperada en la Primera Guerra Chechena y ahora en Ucrania. Los campos de filtración sirven para cribar a los refugiados ucranianos en búsqueda de posibles combatientes ucranianos. Para ello, los filtrados son desnudados, chequeados e interrogados, a veces durante más de una ocasión, antes de ser liberados ya en territorio ruso.

– Héroe: todos los soldados condecorados o caídos en acto de servicio en Ucrania. Los carteles que se pueden ver en las calles de Moscú rezan: «Gloria a los héroes de Rusia». El Ejército ruso no publica cifras de muertos desde marzo. Los servicios de inteligencia occidentales informan de decenas de miles de bajas en las filas rusas.

– Multipolar: el orden mundial al que aspira Rusia, que considera que el conflicto en Ucrania está trazando los contornos de un nuevo mundo multipolar, que acabará por reemplazar el unilateralismo liderado por Estados Unidos desde la caída de la Unión Soviética en 1991. China y Rusia serían los impulsores de ese nuevo orden geopolítico en el que Occidente será un actor más.

– Fuerzas aliadas: se refiere al Ejército ruso y a las milicias de las autoproclamadas repúblicas populares de Donetsk y Lugansk. Combaten en el mismo bando, especialmente en el Donbás. Se desconocen las bajas entre los milicianos prorrusos, que llevan guerreando desde la sublevación armada en 2014. Todos los hombres adultos que viven en el Donbás prorruso están obligados a empuñar las armas.

– Totalitarismo liberal: el poder hegemónico que EE. UU. ejerce sobre el planeta desde 1991. Ese «totalitarismo liberal», como lo definió Putin, consiste en interpretar el derecho internacional a su antojo y, si es necesario, saltarse la carta fundacional de la ONU a la hora de intervenir en otros países, organizar revoluciones populares o adoptar sanciones.

– Cancelación: acción de cancelar en Occidente todo aquello que tenga que ver con la cultura rusa. Se traduce en la suspensión de conciertos, actos culturales y exposiciones, y también incluye la cancelación de programas de estudios e intercambio que impiden a jóvenes rusos estudiar en universidades europeas.

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