Crommett participó hoy en la segunda mesa redonda del seminario El español en los noticiarios de televisión a ambos lados del Atlántico, que se celebra en el monasterio de Yuso, en San Millán de la Cogolla (La Rioja).
En esta mesa redonda, que aludía a las variedades del español en los informativos que se realizan en América, participaron los periodistas y presentadores Carlos Loret, de Televisa en México; Jorge Guinzburg, de Canal 13 en Argentina; Mercedes Soler, ganadora de cinco premios Emmy como presentadora en Univisión en Estados Unidos, y el corresponsal de CNN en Oriente Medio, José Levy.
Junto a ellos, el secretario de la academia mexicana de la Lengua, Gonzalo Celorio, ofreció su propia visión de cómo se emplea el lenguaje en los medios audiovisuales y, en contra de la opinión de varios de estos profesionales, aseguró que «la televisión no ha empobrecido el lenguaje».
Crommett recalcó que su televisión, que llega a más de 20 millones de hogares «desde Canadá a Japón» realiza «una labor de afirmación cultural» a pesar de que «nuestro negocio no es el de promover el español».
«Pero la única forma de comunicarse con un público tan diverso es con un lenguaje preciso y correcto», dijo, y aseguró que «la globalización permite hacerlo aunque tengamos presentadores de diferentes países y queramos que mantengan su propia forma de hablar» ya que «hoy hay un español universal» con el que «se puede eludir un español neutro».
Admitió, no obstante, que «sí procuramos suavizar los extremos en los acentos» pero, «nada más», ya que «a veces, ni siquiera las normas de las Academias sirven para hacer informativos».
Por ello, dijo, «lo importante es buscar un español simple y directo, que proyecte una idea de forma precisa y pueda ser comprendido por todos» y con ese objetivo «incluso, en los medios más locales, sirve ser coloquial con su propio público».
La norteamericana Mercedes Soler llamó la atención sobre la situación del español en los medios hispanos de Estados Unidos, en donde «necesitamos rescatar el idioma, su buen uso» e, incluso, defendió «que se busque un español neutro, para llegar a hispanohablantes que proceden de 22 países».
Soler, de origen cubano llamó la atención sobre el hecho de que «en Estados Unidos va a ser difícil que dentro de dos o tres generaciones el español siga creciendo» ya que «muchos de los hijos de emigrantes viven sólo en inglés» y por ello «no podemos saber si el idioma evolucionará de forma diferente a como pensamos aquí».
No obstante, subrayó que «en vivo, frente a la cámara, uno echa mano del recurso que tiene más cerca, si es necesario también del espanglish» y por ello «ahora es cuando hay que trabajar por rescatar de forma urgente a nuestro idioma» por medio de campañas informativas sobre su uso o cursos universitarios, por ejemplo.
El presentador mexicano Carlos Loret coincidió con sus compañeros en que «en español, a pesar de las diferencias, todos nos entendemos» aunque «es evidente que el español está en descomposición y nosotros, los periodistas, somos los acusados».
Ante ello reclamó «rigor» a los comunicadores, a los que afirmó que «los políticos sí que hacen atentados al idioma, han inventado su propia retórica» para «no decir que los precios suben, se reajustan, o para no decir que el ejército reprime, contiene».
«Nosotros corremos el riesgo de contagiarnos, pero debemos ser conscientes de que es mentira que cuando uno habla bien no se le entiende» aunque «el idioma está en descomposición, eso se ve en la sociedad, y la amenaza no es la televisión, sino la pobreza y la ignorancia», concluyó.
El corresponsal de CNN en Oriente Medio, el español José Levy, aseguró que «el español es cada vez más importante en la globalización» y «en nuestro idioma también es una gran revolución el que gente de todo el mundo pueda oír a presentadores de varios países con diferentes musiquillas, acentos, al hablar».
Reclamó un uso «universal y variado del español» y reclamó a sus colegas «unificar algunos criterios, para ser más consistentes» como el «no traducir los nombres propios de otras lenguas o respetar al máximo la pronunciación original».