Incluso los propios turistas pueden ser unos roamers, es decir, unos seres errantes, vagantes o vagabundos, que todo eso significa en inglés roamer, adjetivo procedente del verbo to roam: vagar, errar, recorrer.
Con ello se deduce de plano que roaming significa ‘vagabundeo’, ‘excursión’. Pero el uso que vemos en la prensa no se refiere a personas errantes, sino a sus móviles; que en cuanto pasan una frontera se ponen a facturar como si fueran el dentista.
Y se extiende el roaming (pronúnciese /rouming/) como si el español no dispusiera de un término equivalente. Sin embargo, roaming se puede traducir como itinerancia, palabra que, pese a proceder de una buena familia, entró a última hora en el Diccionario académico impreso (y definida brevemente como ‘condición de itinerante’).
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