Felipe VI se ha referido a la «riqueza y vitalidad» de un idioma «que se enorgullece de su vitalidad porque es la lengua de más de 500 millones personas en países hermanos de todos los continentes», tras entregar, acompañado de la reina Letizia, el máximo galardón de las letras hispánicas al escritor mexicano Fernando del Paso.
En el Paraninfo de la Universidad de Alcalá de Henares (Madrid), en presencia del presidente del Gobierno en funciones, Mariano Rajoy, y de numerosas autoridades académicas, el Monarca ha destacado el «amor» que por el castellano siente el autor galardonado con la 40 edición del Cervantes, y especialmente por el Quijote, un libro que ha reconocido haberse convertido en una «obsesión» para él.
En el 400 aniversario de la muerte de Miguel de Cervantes, el Rey ha recordado la «fascinación» que Del Paso, de 81 años, sintió al leer por primera vez el «libro inmortal» de el Quijote, al que acude una y otra vez, y sobre el que escribió su ensayo Viaje alrededor del Quijote.
Don Felipe le ha agradecido «todo lo que su obra nos aporta, nos deleita e interroga», así como «su testimonio de amor a una lengua y a una tradición literaria que hoy honramos».
Del Paso ha logrado honrar al español -ha proseguido- haciendo que esta lengua «brille» en sus libros con la tarea de «un orfebre capaz de sacar el mejor partido a los metales preciosos».
«En pocos literatos se demuestra como en Fernando del Paso la conciencia de vivir en el idioma, en el español, una herramienta de trabajo que él siempre ha agradecido haber recibido para expresarse como creador», ha apostillado.
Porque su obra literaria obedece a «un trabajo minucioso», ha destacado, afrontado «con la paciencia y la meticulosidad de los artistas verdaderos», punto en el que ha evocado sus facetas como artista plástico e incluso como publicista, y que hacen de él un «creador poliédrico» que trasciende el campo de la literatura.
El autor distinguido con el 40 Premio Cervantes es mexicano, al igual que otros cinco galardonados anteriores, y el rey no ha querido dejar pasar por alto esta circunstancia.
Así, ha señalado que México es, además de «un gran país, amigo y hermano de sangre y de cultura», la nación «con mayor número de hispanoablantes» y el país que acogió a muchos escritores exiliados en momentos de dificultades, como María Zambrano, Álvaro Mutis o Juan Gelman, también premiados con el Cervantes en su momento.
Son muchas las cosas, ha insistido, que además de la lengua común unen a mexicanos y españoles, como los libros editados en México que se leían en España en los años de la Dictadura o los que ahora dan a conocer los editores españoles a los lectores mexicanos.
«Compartimos autores que admiramos, así como la inquietud por el fomento de la lectura, y trabajamos juntos para que nuestro idioma sea cada vez más rico y reconocido en todo el mundo», ha proclamado.
En la conmemoración del 400 aniversario del fallecimiento de Cervantes, Felipe VI ha advertido de que ante esta efeméride «en realidad deberíamos decir que celebramos los más de cuatro siglos de vida de la inmortal obra cervantina, una obra que sigue siendo fuente de inspiración de muchos autores y a la que continúan acercándose lectores de todos los lugares y todas las edades».
Tras el discurso con el que el ha clausurado el acto, el rey, junto a la reina Letizia, ha acompañado al autor galardonado y a su esposa hasta el patio del edificio histórico la Universidad de Alcalá para hacerse una foto de familia en la que también han posado el presidente del Gobierno en funciones, Mariano Rajoy; el ministro de Cultura en funciones, Íñigo Méndez de Vigo; y la presidenta de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes.