La famosa definición de la democracia que dio Lincoln –«el gobierno del pueblo, por el pueblo, para el pueblo»– traducida al idioma colombiano de hoy sería «al pueblo, al pueblo, al pueblo».
Pues sucede que, por alguna razón enigmática como esa Ley de Gresham de la economía que hace que la moneda mala expulse a la buena, en la Colombia actual la lengua mala expulsa a la buena. Y así la preposición a está expulsando a todas las demás, y sustituyéndolas por ella misma. De, por, para, como en la frase de Lincoln. Y también ante, bajo, hacia, hasta, según, sobre, tras…
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