Vayamos a sus significados. «Mamotreto» proviene del latín tardío mammothreptus y este del griego; su significado literal es ‘criado por su abuela’; de ahí, gordinflón, abultado, por la creencia popular de que las abuelas crían niños gordos. El diccionario de Corominas lo incluye en el artículo del lema ‘mama’ y refiere que se encuentran ya sus sentidos en manuscritos del siglo XII, hace novecientos años. He aquí sus tres acepciones: 1. armatoste (objeto grande). 2. coloq. Libro o legajo muy abultado, principalmente cuando es irregular y deforme. 3. desus. Libro o cuaderno en que se apuntan las cosas que se han de tener presentes para ordenarlas después.
El primer sentido de mamotreto perdura aún; el segundo, coloquial, contiene un leve matiz de burla; el tercero, aunque desusado, parece definir a nuestro Diccionario: «libro grande en que se apuntan las cosas que se han de tener presentes para ordenarlas después».¿Qué otra cosa resulta ser el nuevo tesauro, o qué otra misión puede cumplir la larga lista de palabras y significados en él inscrita, sino la de preservar y definir los vocablos para que los hablantes los dispongamos en el orden que exige el contexto, a fin de tratar de que digan lo que queremos que digan, para entendernos y que nos entiendan?
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