El juego de la pe es sencillísimo: insertar pe antes de cada sílaba (doblete > pedopeblepete). El del doblete también lo es: añadir el femenino al masculino cuando aquel existe (los vascos > los vascos y las vascas).
Alguna alma osada, descubridora como en su tiempo lo fue Colón y su secuela de aventureros, fue plus ultra y lo insertó incluso cuando el tal femenino falta en el léxico del castellanoː el miembro y la miembra, un obsequio de toda una ministra, una mujer ocupante del cargo de ministro.
Y ahora el mismísimo presidente del país hermano de Venezuela (la República Bolivariana de Venezuela) corona la cúspide con “camarados” (“Que viva Aragua y Venezuela, queridos camaradas y camarados”: El Nacional, Caracas, Venezuela, 13/02/2016).
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