«Esta nueva sede es el mejor marco para celebrarlo todos juntos», dijo Castro durante el evento en el que también intervinieron la directora del Cervantes, Carmen Álvarez; la embajadora de Panamá y representante del grupo regional de la ONU para América Latina y el Caribe (GRULAC), Adis Urieta, y al que acudieron más de un centenar de personas, incluidos diplomáticos de España y América Latina.
Castro, en unas modernas instalaciones en las que reina el rojo, insignia del Cervantes, destacó «la profunda amistad entre Israel y España», reflejada en, dijo, «prácticamente todos los terrenos: cooperación científica, intercambios económicos, intercambios universitarios y académicos, el turismo».
El representante español aseguró que el instituto, que realiza actividades conjuntas con las embajadas de habla hispana en el país, «acerca la España moderna al Israel del siglo XXI», donde más de mil alumnos aprenden cada año en las diferentes oficinas del Cervantes y más de cien escuelas ofrecen en su currículum el idioma.
El secretario de Estado también señaló que entre las funciones del centro está la preservación del judeoespañol o ladino, hablado por los descendientes de los judíos expulsados de la península Ibérica en 1492.
«La cultura judía no es solo un capítulo del pasado de España, sino una parte intrínseca de nuestra propia cultura e identidad. En las últimas décadas en ambas orillas del Mediterráneo hemos vivido un renacimiento del interés por nuestros lazos comunes», apuntó Castro y expuso que el próximo año se celebrará una convención de hispanistas en Israel.
Por su parte, la embajadora panameña recordó que fue en este país donde entendió que el idioma de sus abuelos maternos era ladino.
«Vamos como Moisés por el desierto, él con las Tablas de la Ley y nosotros, desde el Cervantes, con el español para hacer cada vez más grande el español», deseó.