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Agencia EFE

El Instituto Cervantes cerrará 2020 con una pérdida de más de 25 millones

El Instituto Cervantes cerrará su curso 2019/2020 con unas pérdidas que ascenderán a los 25 millones de euros debido a la crisis sanitaria del coronavirus, una situación «complicada» cuyo impacto económico no ha podido frenar la actividad no presencial que han puesto en marcha en sus 86 centros.

Así ha calificado la situación el director del Instituto Cervantes, Luis García Montero, en su sede central de Madrid, durante la presentación de la memoria del pasado curso y de las perspectivas de esta institución, que ya en el mes de septiembre contaba con unas pérdidas de 18 millones de euros.

«El paso de la actividad presencial a la actividad no presencial nos ha permitido estar ahí, pero no ha evitado el impacto económico, porque se trataba de mantener fidelizado a nuestro alumnado; no obstante los precios de los cursos presenciales no son iguales a los online, que además se han planteado con ofertas y estrategias para mantener la fidelización, rebajando nuestros ingresos», ha indicado García Montero.

En concreto, el Instituto Cervantes registró en el último curso académico 135 736 matrículas, un 9 % menos que en el anterior ejercicio, para los 15 333 cursos de español impartidos, que también han bajado un 5 %. De ellas, 111 867 matrículas correspondieron a alumnos que estudiaron en cursos generales (80 809), y el resto, en cursos especiales (31 058).

Pero el impacto de la pandemia en el Cervantes también ha sido «importante» en la certificación, una de sus actividades fundamentales y que es 100 % presencial, por lo que el cierre de los centros durante el confinamiento ha supuesto una caída del 50 % respecto al curso pasado en las pruebas de conocimientos lingüísticos del español (el diploma DELE).

También ha sufrido una caída el Servicio Internacional de Evaluación de la Lengua Española (SIELE). En concreto una bajada del 28 %, siendo un total de 10 308 certificados los que se han hecho este año.

«Para salir de la tristeza —ha dicho García Montero— una crisis nos invita a meditar sobre nuestras debilidades, fortalezas, y ver las posibilidades que tenemos en el futuro. El Cervantes tiene una clara voluntad presencial, porque enseñar un idioma es enseñar cultura, y para la cultura española la presencialidad y los vínculos son esenciales, pero el presente y el futuro nos invitan a pensar las posibilidades de las nuevas ofertas tecnológicas que hemos puesto en marcha».

Se refiere el director de la institución al hecho, entre otros, de que las clases no presenciales les han «abierto nuevos horizontes comerciales» y ya cuentan con «muchas demandas» de matrículas de cursos en países donde no están presentes. «Y eso habrá que aprovecharlo», ha matizado.

Respecto a los actos culturales de los centros repartidos por los cinco continentes, durante este curso se celebraron 4882 actos, frente a los 5160 del anterior. Pero algo que les «consuela», ha añadido el poeta granadino, es la subida de la actividad no presencial en otra áreas como su biblioteca digital, que ha experimentado una subida del 32 % en sus visitas.

Otra de las medidas para afrontar esta situación, han avanzado, será la que el Cervantes va a poner en marcha junto a Renfe y Paradores, entre otros, para que el «carné Cervantes» refuerce «el turismo idiomático» en España.

BRASIL, EL CENTRO CON PEOR EXPECTATIVA

Después del primer confinamiento, y a la espera de lo que ocurra con esta segunda oleada, el 90 % de los centros del Cervantes ya han tomado la decisión de abrir «alguna actividad presencial», aunque aún son muchos los que siguen teniendo limitaciones para las clases presenciales. Así, los situados en el área de Europa y China ya están «pudiendo reforzar la normalización».

No sucede así con el territorio americano, sobre todo Brasil, donde la pandemia golpea fuertemente, o la India.

«La situación en Brasil es complicada, donde hay ocho centros sin actividad académica presencial y sin atención al público. Es el más complicado de nuestros ámbitos territoriales», ha lamentado García Montero.

Y la pandemia también ha provocado que, con los datos que manejan en la actualidad, no se vaya a poner en marcha el centro de Los Ángeles (Estados Unidos).

Sin embargo, el director del Cervantes ha destacado que el español como lengua está en «un momento de seguridad y fortalecimiento», y solo se experimentará una bajada a mitad del siglo XXI y por los fenómenos demográficos en África y Latinoamérica «donde el español empezará a perder fuerza».

Además, en «medio de la dificultad» se ha puesto en marcha «por fin» el Centro Cervantes en Dakar, el primer centro del África subsahariana.

EL ESPAÑOL, MUCHO MÁS QUE UN IDIOMA

Conscientes de que la pandemia ha sido el mayor causante de la actual situación económica, García Montero también ha puesto de manifiesto «la realidad territorial tecnológica» de cada región.

«Las situaciones son muy pintorescas, hay lugares donde no hay posibilidades tecnológicas para matricularse en cursos de español; y otros lugares donde está muy desarrollada los alumnos quieren matricularse en español para ir al centro y después tomarse una cerveza y tener un trato humano», ha aseverado poniendo como ejemplo los centros de Marruecos y Estocolmo, respectivamente.

Por eso, ha agregado, si la intención del Cervantes es «mantener la actividad presencial» es porque quieren que el español «sea un idioma de representación democrática, de una democracia avanzada en lugares donde la igualdad social o de género tiene problemas».

«Hay lugares donde el aula no es un aula, sino donde los alumnos se pueden tomar un café en libertad», ha concluido.

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