El programa de conferencias de este encuentro de expertos en el transcurrir del español desde hace más de mil años ha sido inaugurado en el Paraninfo de la Universidad de Zaragoza por el profesor Federico Corriente Córdoba con la ponencia «La cultura Medio-oriental, nuestra asignatura pendiente».
Una reivindicación sobre el influjo de la cultura árabe, que anima a conocer, en la conformación de la lengua española y las otras que se hablan en la península, incluido el aragonés, ha señalado a los medios el presidente del comité organizador del congreso, el profesor Jose María Enguita.
A su juicio, hay que intensificar el conocimiento de la cultura árabe, en estos momentos incluso por otras razones como las sociales, ha remarcado Enguita, quien ha destacado el trabajo que en este ámbito realiza su compañero el doctor Federico Corriente, autor de numerosos textos sobre el influjo del árabe al español.
Hasta el próximo viernes, esta y otras muchas cuestiones serán analizadas y debatidas por los congresistas, que presentarán más de 200 comunicaciones y proyectos de investigación que se llevan a cabo en las universidades españolas y en otras muchas instituciones académicas del mundo.
Hasta la capital aragonesa se han trasladado estudiosos de la lengua de Argentina, Chile, Colombia, Cuba, México, Perú, Uruguay, Alemania, Austria, Bélgica, Finlandia, Francia, Holanda, Hungría, Islandia, Italia, Polonia, Reino Unido, Suecia, Suiza, Estados Unidos, Japón, Corea del Sur y Taiwán.
Se trata, según sus organizadores, de una cita «de alto nivel científico» en la que los especialistas comparten investigaciones, proponen nuevas perspectivas de análisis y crean grupos de trabajo sobre textos del pasado y los problemas de interpretación que plantearon en la ortografía, la pronunciación, las estructuras sintácticas o el vocabulario.
El objetivo es comprender mejor la configuración actual de la lengua desde diferentes factores, como las actitudes mentales del pasado o las corrientes literarias, para conocer mejor su evolución, y un ejemplo de ello es el nombre de la capital aragonesa, de Salduie a Caesaraugusta y Zaragoza, fruto de la influencia de distintas culturas, ha recordado Enguita.
Para reforzar su argumentación, se ha referido también al nombre de otro núcleo de población que ha pervivido en el tiempo y que es el barrio de Juslibol, grito de guerra de los Francos que acompañaron a Alfonso I el Batallador en su conquista de Zaragoza.
La lengua evoluciona junto a las circunstancias sociales que la arrastran y la acompañan, ha añadido Enguita, quien ha destacado que ha sabido adaptarse al nacimiento de las nuevas teorías lingüísticas y ahora a las infinitas posibilidades de los medios informáticos, que facilitan enormemente el trabajo de los investigadores con las ediciones facsímiles y las bases de datos.
Junto al congreso, la Asociación de Historia de la Lengua Española celebrará su congreso y la Biblioteca de la Universidad de Zaragoza inaugurará mañana una exposición, bajo el título Tesoros de la lengua castellana, que reúne tratados de los siglos XVI, XVII y XVIII que muestran el devenir de la lengua.
Con motivo del 400 aniversario de la publicación de la segunda parte del Quijote, que tiene numerosas resonancias aragonesas, el congreso ha querido celebrar la efeméride con una conferencia a cargo de la catedrática Aurora Egido, quien hablará sobre el diálogo de las lenguas en el libro de Cervantes.
Por primera vez el congreso, que desde 1987 se celebra cada tres años, ha incluido una nueva sección, en este caso dedicada íntegramente a la filología aragonesa y sus relaciones con los territorios próximos para contribuir al desarrollo de los estudios humanísticos dentro del Campus Iberus, que la Universidad de Zaragoza comparte con otras instituciones.
En este sentido y al ser preguntado sobre la nueva ley de lenguas que pretende aprobar el Gobierno aragonés, Enguita ha expresado su deseo que esta vez haya «sensatez» y «sentido común» y sobre todo se respete a los hablantes, a quienes han recibido estas hablas de sus padres y a los que están implicados más directamente.
La consejera de Educación, Mayte Pérez, que también ha asistido al acto de inauguración, ha declarado que el ejecutivo intenta elaborar una ley que «sume y no divida», que se reconozcan derechos y no se hable de imposiciones y prohibiciones.