El ministro ha comparecido a petición propia y de Ciudadanos en la Cámara Baja para presentar en la Comisión de Cultura el programa El español, lengua global, un proyecto de Estado dirigido a su promoción como herramienta de oportunidades y lengua del conocimiento de 570 millones de hablantes.
Un plan que fue presentado por el presidente del gobierno, Mariano Rajoy, el pasado 24 de enero y que contempla la creación de un programa Erasmus iberoamericano, la designación de «embajadores» del español y desgravaciones fiscales de hasta un 90 % para su promoción.
«¿Por qué se ha presentado ahora el plan? Era el momento para hacerlo porque tenemos un desafío que es el brexit, donde una gran potencia con una lengua dominante va a salir de la UE y otros mandatarios hablan de poner lo mío lo primero»”, ha argumentado el ministro.
También ha recalcado la ocasión que supone la revolución digital, ante la que «la universalización del conocimiento tiene la oportunidad de hacerse en español; no lo dejemos a otras lenguas».
El ministro ha dicho que no se trata de un proyecto para potenciar la cultura española, como ha asegurado la oposición, sino de la cultura «en español» y ha insistido en que no es un plan excluyente: «El mundo iberoamericano está llamado a participar y contribuir de una forma decisiva».
«Esta opción no es excluyente. No es una apropiación de España del español o la cultura en español», ha destacado Méndez de Vigo, que ha enfatizado que el programa está abierto a todas las instituciones.
Asimismo, ha defendido que el desarrollo de este proyecto dependa del Alto Comisionado para la Marca España y Promoción del Español, que ha reformado su nombre para esta labor, y ha explicado que «no hay que crear instituciones, a no ser que sea estrictamente necesario», por lo que pretenden aprovechar la existencia de una estructura ya existente.
El portavoz del grupo socialista, José Andrés Torres Mora, ha reprochado al Gobierno que no haya presentado este programa en una cumbre hispanoamericana en lugar de una intervención de Rajoy en el Museo Reina Sofía: «Somos menos del 10 por ciento de ese patrimonio común que es el español», ha recordado.
Aunque ha recalcado que el PSOE no puede estar en contra del propósito de este plan, ha opinado que «habría que tener una complicidad con todos los países que comparten con nosotros el idioma» y ha considerado que el plan adolece de improvisación.
Para el diputado de Unidos Podemos, Eduardo Maura, el plan es «inoportuno e improductivo» y se ha mostrado convencido de que «acabará siendo otro de esos eventos que no dejan tejido positivo a medio y largo plazo».
Maura ha hecho referencia también al «malestar» de los embajadores latinoamericanos respecto al plan que, ha dicho, es «un español que no escucha, solo va en una dirección».
También el representante de Ciudadanos, Félix Álvarez, ha expresado su perplejidad ante lo que ha considerado «otro proyecto grandilocuente tristemente vacío» y ha criticado que se haya englobado en el Alto Comisionado de la Marca España, ya que se corre el riesgo «de alienar» a los países latinoamericanos.
«Nos consta el malestar» de algunos países latinoamericanos por el «intento de apropiación» de la lengua, ha recalcado Álvarez, que ha considerado que dejar fuera a instituciones como la Universidad Autónoma de México es una «torpeza garrafal que puede tener un coste elevadísimo»: «España debe liderar pero no monopolizar la estrategia del español en el mundo».
Por su parte, el portavoz del grupo popular, Emilio del Río, ha defendido el plan del Gobierno que, ha asegurado, «es el inicio de un camino en un proyecto abierto. No es algo cerrado, sino compartido con la sociedad española y el resto de los países hispanoamericanos».