El Instituto Cervantes y la embajada española en Londres unen fuerzas por tercer año consecutivo para consolidar los buenos datos que la enseñanza del español ha cosechado en los últimos años en el Reino Unido, el país al que es «más difícil» seducir con un idioma extranjero.
«Muchos británicos consideran una pérdida de tiempo aprender otra lengua porque piensan que son los demás quienes tienen que aprender inglés. Cuesta quebrar ese concepto, pero vamos ganando posiciones», dijo a Efe Liborio López, consejero de Educación de la embajada.
Estas jornadas de «entendimiento» se celebran cada año en una universidad londinense y en esta ocasión será la de Roehampton la que acogerá los debates de más de 80 profesores, tras ser inaugurados por el embajador español Federico Trillo.
El tema de este año son las nuevas tecnologías y su uso para potenciar el español entre los estudiantes británicos, un tema que propusieron en su día las diferentes universidades y centros invitados.
«No tenemos directrices en cuanto a los temas, ellos proponen lo que suele preocuparles más durante el año y nosotros intentamos que la jornada sea más o menos homogénea, aunque siempre hay espacio para más cosas y así este año tendremos una mesa redonda sobre el uso del español en el humor y los chistes», explicó López.
Desde la embajada española resaltan el ascenso que el español ha experimentado entre los alumnos del Reino Unido como segunda lengua frente al alemán, aunque aún le queda un largo recorrido para desbancar al francés.
Los estudiantes británicos escogen en dos momentos decisivos de qué idioma se examinarán: en la prueba que evalúa sus conocimientos al terminar la formación secundaria obligatoria y en los que certifican el periodo equivalente al bachillerato.
En el 2008, 67.092 alumnos escogieron el español, segunda opción por detrás del francés, preferido por 201.940, pero cuatro años después, el español creció hasta 72.606 estudiantes frente al descenso de los francófonos, que fueron 153.436.
Para el consejero de la embajada, el francés, tradicionalmente empleado por las clases altas y considerado un «idioma diplomático», está perdiendo terreno frente al español, que se muestra como más útil por el atractivo que despierta Latinoamérica y sus oportunidades de negocio.
«Se trata de aprovechar este tirón y mostrarle a los profesores que enseñan este idioma en el Reino Unido que están respaldados por nosotros y que pueden investigar de qué forma se puede reforzar el idioma», afirmó Lopez.