Noticias del español

| María Luisa García Moreno, (Granma, Cuba, junio del 2015)  

El español nuestro: pedraplén

Gracias a un asiduo colaborador, pude saber que el término pedraplén ya aparece en el Diccionario de la lengua española (2014), como «(fusión de piedra y terraplén) usado en Chile, Cuba y Ecuador.

Terraplén hecho de piedra a modo de camino que une dos puntos separados por el mar» y en el Diccionario de americanismos (2010), como «Cub., Ec., Ch. Viaducto, hecho de piedras, que une dos puntos separados por el mar». No es muro de proteccion, como pregunta un hermano venezolano, sino viaducto, camino, vía…

Si bien en la Ortografía de la lengua española se habla del acrónimo uci, unidad de cuidados intensivos, es perfectamente válido, en nuestro caso, escribir Uci, Universidad de las Ciencias Informáticas.

En la ya lejana época de las cruzadas, los moros difundieron una rama de la filosofía proveniente de diversas civilizaciones, la cual investigaba algunas transformaciones físico-químicas de la materia con el fin de convertir los metales en oro y obtener el elixir —o elíxir— de la vida. Se le llamó alquimia, nombre sobre cuya formación los etimólogos aún discuten. Se supone que procede del árabe kimiya, «piedra filosofal»; pero también pudiera estar formada por la combinación de la contracción al- y la palabra griega khumeia, que significa ‘echar juntos’, ‘verter juntos’, ‘soldar’, ‘alear’, o por el persa kimia, ‘oro’.

Son parónimos celebro, de celebrar, y cerebro y «uno de los centros nerviosos constitutivos del encéfalo, existente en todos los vertebrados y situado en la parte anterior y superior de la cavidad craneal»; «juicio, talento, capacidad». Asemejar la pronunciación de ambas no es más que incultura.

A pesar de lo reiterado, el tema de siglas y acrónimos sigue ofreciendo dudas a los lectores. No importa la cantidad de letras que tenga una sigla para que se convierta en palabra plena, depende solo de la pronunciación.

Las siglas que no son pronunciables como palabra y tienen que leerse en todo o en parte, deletreando sus componentes deben mantener siempre su escritura en mayúsculas: CDR, FMC, FBI, DDT. Sin embargo, las que se leen como se escriben, denominadas acrónimos, se lexicalizan bien como nombres propios, caso en el que mantienen la mayúscula inicial (Onu, Alba, Mercosur), bien como nombres comunes, caso en el que pasan a escribirse enteramente en minúsculas (ovni, radar, láser).

Pro tempore, frase o locución adverbial, que significa ‘temporal o transitoriamente’, se escribe sin tilde y en cursivas, según la nueva edición del DRAE (2014). La nueva Gramática (2010) ya  dice que «[…] las locuciones latinas, estén o no asentadas en el uso, deben tratarse como el resto de los extranjerismos y escribirse tal y como se hacía en la lengua original, por tanto sin acentuación gráfica».

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