Noticias del español

| María Luisa García Moreno (Granma, Cuba)

El español nuestro: «jiribilla», «Curasao», «zafarrancho»…

Jiribilla, según el Léxico mayor de Cuba (1959), de Esteban Rodríguez Herrera, es el nombre que en botánica se asigna a una planta gramínea, originaria de Asia, que se aclimató bien en el país; un término popular, que se aplica generalmente a la mujer que se destaca por sus encantos; y también, interjección que se usa para indicar ‘cosa extraña, asombrosa o llena de dificultades’.

El famoso Jardín de las Tullerías, en París —hoy parque público y, originalmente, jardines del antiguo palacio real—, no debe su nombre, como muchos piensan, a la abundancia de tulipanes, sino a la fábrica de tejas, del francés tuile, que existió antes en el lugar.

Curazao o Curasao fue descubierta en 1499 por el navegante español Alonso de Ojeda, quien la llamó isla de los Gigantes, por la estatura de los nativos. Allí dejó a varios marineros con escorbuto, enfermedad causada por la falta de ácido ascórbico o vitamina C, la cual se cura al ingerir frutas. Cuando regresó a buscarlos, los encontró saludables y no vaciló en rebautizar el lugar como isla de la Curación, que en portugués se escribe Ilha de Curaçáo, como puede verse en mapas antiguos, y fue castellanizado como Curazao o Curasao. Hasta hace poco formaba parte de las Antillas Holandesas; pero en el 2010 esta nación caribeña se independizó.

Aunque en gran parte de América sobrevive en el uso coloquial el antiguo participio irregular pago —que aparece en el Drae (2001) admitido en lo coloquial—, en función adjetiva, el Diccionario panhispánico de dudas (2005) explica que en el español actual el participio de pagar es pagado. De modo que fuera del ámbito coloquial es incorrecto y no está aceptado por la norma culta. Debemos decir: «gastos pagados».

En la mitología griega, Fobos —hijo de Ares, dios de guerra, y Afrodita, de la belleza— se convirtió en la personificación del pánico y su nombre adquirió el significado de ‘miedo’. Por eso, una fobia es un trastorno emocional o psicológico que se caracteriza por un miedo intenso, un temor irracional compulsivo a objetos o situaciones. Se han identificado más de 500 y resultan las más frecuentes: acrofobia (a las alturas), aerofobia (a viajar en avión), agorafobia (a los espacios abiertos), aracnofobia (a las arañas), brontofobia (a los fenómenos meteorológicos), carcinofobia (a contraer cáncer), claustrofobia (a los espacios cerrados, incluidos los ascensores).

Armisticio, del latín armistitium, ‘suspensión de hostilidades pactada entre pueblos o ejércitos beligerantes’, no es sinónimo de tabla, como le escuché a una joven comentarista. Entre sus sinónimos están reconciliación, tregua, pacto, convenio, pazsuspensión, paralización, mediación. En sus acepciones 28 y 29, tabla significa ‘en el juego de damas o en el de ajedrez, estado en el cual ninguno de los jugadores puede ganar la partida’ y ‘empate entre competidores’; se usa generalmente en plural: «hacer» o «quedar tablas».

De participar se derivan dos adjetivos: partícipe y participante, que muchas veces se utilizan indistintamente. Según el Diccionario de la lengua española (Drae, 2014), partícipe significa ‘que tiene parte en algo o entra con otras a la parte en la distribución de ello’ y participante es ‘el que participa’. Algunos lexicones de sinónimos y antónimos —Diccionario de sinónimos, ideas afines y contrarios y el Océano conciso— los consideran sinónimos y otros no —Saínz de Robles—. Lo importante es tener en cuenta que rara vez los sinónimos son exactos.

Se conoce como aguas territoriales aquellas que conforman la franja marítima adyacente al territorio y aguas internas o de archipiélago, que constituyen parte del territorio de un Estado y se encuentran bajo su soberanía. La Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar (1982) fijó el límite de las aguas territoriales en doce millas a partir de la línea base.

Según el Diccionario cubano del habla popular y vulgar, de Carlos Paz, numerosas expresiones se forman con el verbo coger, entre ellas, coger asando maíz, coger con las manos en la masa, coger en el brinco, en el sentido de in fraganti (en flagrante delito), aunque no tiene que referirse a una acción propiamente delictiva; coger cuerda, mortificarse; coger jamón, fácilmente; coger la confronta, llegar tarde; coger un brei (break) o coger un diez, hacer una pausa, descansar un momento.

La palabra zafarrancho, de zafar, ‘desembarazar’, y rancho, aparece en el Drae como término marinero, que significa ‘acción y efecto de desembarazar una parte de la embarcación, para dejarla dispuesta a determinada faena’, de ahí las frases zafarrancho de combate, de limpieza. También añade, como usos coloquiales las acepciones de ‘limpieza general’, ‘destrozo’ y ‘riña’. En el ámbito militar se emplea como ‘llamada general a toda la dotación o a una parte de ella para cumplir una misión concreta’

Aparecen ya en la vigésimotercera edición del Diccionario de la Real Academia Española un buen número de palabras o frases relacionadas con el medioambiente. Por ejemplo, calentamiento global se define como el ‘aumento de la temperatura de la atmósfera terrestre asociado en parte a la emisión de gases de efecto invernadero’ y cambio climático es el ‘cambio previsible en el clima terrestre provocado por la acción humana, que da lugar al efecto invernadero y al calentamiento global’. De igual modo, agujero de ozono aparece como la ‘región de la atmósfera en la que se produce una disminución de la concentración de ozono, más pronunciada en la Antártida’.

 

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