Noticias del español

| María Luisa García Moreno (Granma, Cuba, 16 al 31 de enero del 2014)

El español nuestro

Del artículo publicado por la Dra. Angelina Roméu en la revista Varona, tomo la siguiente aclaración: Se ha puesto de moda el uso del vocablo educación en plural y ya casi nadie habla de niveles de educación, sino de *educaciones. Sin embargo, ello constituye un lamentable error gramatical, pues los sustantivos abstractos, y educación lo es, encierran una idea de generalización que hace innecesario el plural.

Algunos que excepcionalmente lo admiten, cambian su significado. Por ejemplo, curiosidad: cualidad de ser curioso y curiosidades: cosas curiosas; horror: emoción y horrores: actos que motivan o provocan horror; instrucción: acción de instruir, caudal de conocimientos e instrucciones: indicaciones para hacer algo. La mayoría no admite el plural nunca; entre ellos están honradez: cualidad de ser honrado y educación: acción y efecto de educar.

También explica la Dra Roméu que los sustantivos referidos a una ciencia, arte o profesión no admiten el plural: abogacía, medicina, anatomía, pintura. Algunos, como abogacía, nunca tienen plural, y otros, cuando se usan en ese número, cambian su significado: medicinas, pinturas.

Los apellidos se consideran invariables, y la marca de plural se indica en el artículo: los Pérez, los Rosales, los Álvarez; sin embargo, los nombres propios lo admiten con frecuencia: las Marías.

Por el contrario, existen sustantivos que solo se usan en plural: los Alpes, las Baleares, las Canarias. Otros, como las Antillas, admiten la referencia a una de estas islas: la Antilla mayor.

El vocablo polémica, ‘dicho de alguien o de algo, que provoca controversias’, ‘arte que enseña los ardides con que se debe ofender y defender cualquier plaza’, como se evidencia en esta última acepción, proviene del ámbito militar, procede del griego polemikós, ‘referente al arte de la guerra’, formada por pólemos ‘guerra’ e ikós ‘de’. Con el paso del tiempo, se tornó sinónimo de controversia, como llamaban Quintiliano y Tácito a los choques de ideas.

Virus, del latín virus, nombra, en Biología, al ‘organismo de estructura muy sencilla, compuesto de proteínas y ácidos nucleicos, y capaz de reproducirse solo en el seno de células vivas específicas, utilizando su metabolismo’ y, en Informática, al ‘programa introducido subrepticiamente en la memoria de un ordenador o computadora, que, al activarse, destruye total o parcialmente la información almacenada’. No varía en el plural: los virus.

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