Así lo ha indicado Pablo Valdivia, profesor de la Universidad de Gröningen (Países Bajos) y Harvard Paulson School of Engineering and Applied Sciences (EE. UU.), quien ha ofrecido la conferencia inaugural del 33.º Congreso Internacional de la Asociación para la Enseñanza del Español como Lengua Extranjera (ASELE), que se celebra esta semana en Burgos.
En una entrevista a EFE, Valdivia ha recordado que modelos de IA generativa como el Chat GPT han sido entrenados en inglés, por lo que en muchos casos, al traducirlos al español, presentan «sesgos que empobrecen el conocimiento de la realidad de nuestras comunidades».
«Utilizar modelos prestados es lo peor que nos puede pasar», ha insistido, sobre todo visto «el poder de influencia tan grande» que tienen a la hora de alterar la percepción de situaciones, de realidades, por lo que no disponer de modelos «autóctonos» en español se convierte en algo «muy problemático».
De ahí la importancia de desarrollar esa tecnología específica, que ayudaría a «promover un cambio social positivo» y a situar al español «a la vanguardia de la ingeniería» en la sociedad.
Pablo Valdivia ha explicado que esta carencia, que no se da en otros modelos de lenguaje natural, deriva de la falta de interés empresarial, que, mientras en otros países sí se ha visto el «potencial económico de negocio de la IA», en España no ha ocurrido lo mismo, ni tampoco en el ámbito político, como alternativa a la iniciativa privada.
Por otra parte, Valdivia ha reconocido que para crear esos modelos en español va a ser necesario someter la lengua al mismo «reduccionismo» que ha sufrido el inglés, perdiendo parte de la riqueza lingüística que la caracteriza, un idioma «de intercambio» en el que «no hay una forma unívoca de bueno».
Por ese motivo, ha insistido en que «lo importante es cómo entrenamos el modelo», pues los algoritmos «no son ni buenos ni malos», y, para entrenarlos, es importante contar con equipos multidisciplinares que atiendan a todas las cuestiones éticas y de diversidad.
ASISTENTE, PERO NUNCA SUSTITUTO DEL PROFESOR
La influencia de la inteligencia artificial en la enseñanza ha sido uno de los temas abordados por Valdivia en su conferencia, y el profesor ha afirmado con rotundidad que la IA no va a sustituir a los profesores de carne y hueso.
«Son básicamente asistentes y van a seguir siéndolo, incluso ahora que tenemos un modelo más avanzado», pues los algoritmos tienen limitaciones que hacen imposible que puedan reemplazar a los seres humanos en algunas profesiones, como la enseñanza, aunque sí servirán para hacer el trabajo más eficiente.
Un profesor ofrece contexto, algo que se le da muy mal a la inteligencia artificial, que «puede dar una explicación muy lógica, pero, si le falta contexto, puede decir una barbaridad como justificar el Holocausto», ha recordado Valdivia.
Así que los profesores aportan experiencias vitales, emociones, pero con la IA se acelera el cambio iniciado en el ámbito educativo, que deja atrás los modelos tradicionales de educación, en el que el profesor es una autoridad, «un recipiente de conocimiento», y los alumnos «un vaso vacío en el que verter ese conocimiento».
Ahora, la enseñanza ayuda a activar psicoemocionalmente al alumno, genera experiencias sociales, construye comunidades, permite desarrollar competencias personales y profesionales y «eso no lo puede hacer una máquina ni lo va a poder hacer a corto, ni medio o largo plazo».
A todo ello se une, según Pablo Valdivia, que las clases se han convertido en un «laboratorio viviente», en el que el alumno ya no se puede esconder en la última fila del aula para tomar apuntes, hacer el examen y pasar el curso, ni el profesor puede esconderse tras sus apuntes.
«Bien utilizada, la IA es mucho más eficiente y permite ofrecer experiencias más personalizadas de aprendizaje», en un modelo educativo que trabaja «al mismo tiempo en una serie de competencias que son fundamentales para los estudiantes, tanto su desarrollo profesional como su desarrollo ciudadano».